La constelación de Cefeo se encuentra en una posición privilegiada para observar durante el verano, y a partir de estos meses irá descendiendo paulatinamente hasta esconderse bajo el horizonte al norte de nosotros. Ya hemos visto algunos objetos verdaderamente interesantes que guarda en sus dominios, como NGC 6946 o NGC 7023, y hoy vamos a sumar otros dos a la lista, un cúmulo abierto y una nebulosa planetaria.
NGC 7419 es un pequeño cúmulo abierto que yace entre Cefeo y Casiopea, en una zona densamente poblada por estrellas, como corresponde al camino de la Vía Láctea en su región otoñal. Se encuentra situado a una gran distancia de nosotros, a 61.300 años luz, lo cual, si tenemos en cuenta que el centro de la galaxia está a unos 27.000 años luz, es una dimensión importante. Se encuentra, pues, al “otro lado” de la Vía Láctea, de ahí su bajo brillo. Es peculiar porque se han descubierto en él 5 supergigantes rojas, las estrellas de mayor diámetro que se conocen hasta ahora. Uno pensaría que deben ser extremadamente calientes, pero la realidad es totalmente opuesta, pues presentan muy poca densidad, con lo cual lo que hacen realmente es enfriarse conforme más grandes son. Dentro del espectro, suelen ser de tipo K y M, las más rojas conocidas. Tras esta etapa de gigante roja, las estrellas terminarán su vida, de forma silenciosa o en forma de supernova. Otras estrellas de este tipo más famosas son, por ejemplo, Betelgeuse en Orión o Antares en Escorpio (no necesitan presentación y ya hablaremos de ellas a su debido momento). En el corazón de NGC 7419 brilla, además, una estrella de carbono, que resulta cuando la estrella ha quemado su hidrógeno, componiéndose principal de helio. Entonces los átomos de helio se agrupan de tres en tres y, a la vez que sueltan energía, forman átomos de carbono. Estas estrellas son de un color rojizo oscuro, muy interesantes a la vista, aunque la componente de este cúmulo se escapa al alcance del aficionado.
A bajos aumentos NGC 7419 ya se sospecha al lado de una estrella más brillante, el ojo percibe claramente, si la noche es buena, que ahí hay algo que no debería estar. A 125 aumentos se percibe una nebulosidad de forma alargada con un chisporroteo de estrellas en su interior. Envueltas en una difusa nebulosa que arropa al cúmulo, a 214 aumentos obtuve la mejor imagen, pudiendo distinguir unas 10 estrellas débiles, parpadeando unas junto a otras, en un espacio que medirá unos 4-5 minutos de arco. La nebulosidad de fondo me recordaba a esos cúmulos irresolubles, aunque en este caso obedece realmente a la presencia de gases, los restos de la formación de ese grupo de estrellas tan lejanas. No pude apreciar tonalidades rojas que se correspondieran a las supergigantes, supongo que el bajo brillo imposibilita distinguir los colores, pero quizá alguien con más sensibilidad sea capaz de conseguirlo.
El siguiente objeto se encuentra bastante más cerca de nuestro sistema solar, a 4.200 años luz de distancia. Es NGC 7354, una bonita nebulosa planetaria con estructura anular perfectamente asequible a la mayoría de telescopios. En fotografías se pueden apreciar dos capas de gases, una externa perfectamente circular y otra interna más ovalada. Ambas son el resultado de expulsar los gases de la envoltura estelar en diferentes momentos de la vida de la estrella central, que luego han sido moldeados por los vientos solares generados. Esta estrella es una enana blanca que brilla con una magnitud 16, fuera del alcance del telescopio medio.
Al ocular ya destaca como algo especial a bajos aumentos. Es un objeto de bajo brillo, más débil que otras como M57 o NGC 2022. Aun así, no es difícil identificarla entre el brillante campo de estrellas circundantes. Mayores aumentos serán necesarios para distinguir su estructura. A 214 aumentos se aprecia una pequeña nebulosa con cierta forma ovalada, no llega a ser un círculo perfecto. Con el filtro OIII el brillo de sus bordes se incrementa sustancialmente y muestra todo el esplendor de una nebulosa anular, con la zona interior más oscura. En su interior no se aprecia estrella alguna, pero ver estos anillos de humo en el cielo es una fuente inagotable para la vista.