Entre el pez y la cuerda (M74)

Otra de las constelaciones desapercibidas del otoño es Piscis, aunque guarda en sus dominios interesantes objetos que conviene buscar en una noche clara y con el horizonte sur despejado. A pesar de ser una constelación zodiacal, ninguna de sus estrellas es especialmente brillante, siendo la principal de ellas, alfa piscium o Al Rischa, de magnitud 3.62. El nombre de esta estrella viene a significar “la cuerda”, y hace referencia a que forma el nexo de unión entre los dos peces que dan nombre a esta constelación, y que se disponen formando una gran “V”. Esta constelación está estrechamente relacionada, mitológicamente hablando, con Afrodita y su hijo Eros, y hay muchas versiones de su historia. Personalmente una de las que más me gusta es aquélla en la que ambos dioses huían despavoridos de Tifón, un antiguo monstruo con serpientes en las manos. Justo cuando iba a alcanzarlos, saltaron a un río y se convirtieron en peces. Para no perderse en las rápidas aguas se ataron una cuerda entre ellos, y posteriormente fueron llevados a los cielos por los dioses para conmemorar ese episodio.

Foto pisces.jpg

La constelación llega, en su vertiente más septentrional, hasta rozar a Mirach en Andrómeda y a la constelación del Triángulo, y desde ahí baja hasta alcanzar el vértice de la “V”. A medio camino entre estos dos puntos hay una brillante estrella, eta piscium, que será la guía para encontrar el objeto que nos ocupa, que no es otro que M74. Descubierta en 1780 por Mechain y añadida posteriormente al catálogo de Messier, M74 es una espectacular galaxia que el azar ha querido colocar de frente para mostrarnos una imagen inolvidable (eso sí, parece que no ha querido ponernos las cosas fáciles, otorgándole un brillo superficial tan bajo que nos hará sudar para observar detalles al telescopio). En fotografías se aprecian dos imponentes brazos en una armonía casi perfecta que salen de un núcleo compacto y redondeado. Una gran cantidad de condensaciones pueblan su superficie, regiones HII de importante formación estelar y enormes cúmulos de estrellas. Se encuentra a algo más de 30 millones de años luz de nosotros y se acompaña de un pequeño séquito conocido como “grupo de M74”, si bien no pueden verse en el mismo campo. Su diámetro se estima en 95.000 años luz, siendo pues algo menor que nuestra Vía Láctea, con unas cien mil millones de estrellas.

Esta galaxia pertenece al grupo de galaxias conocido como “Galaxias espirales de gran diseño”, haciendo referencia a la presencia en ella de dos brazos bien definidos, en contraposición a las galaxias espirales floculentas o con múltiples brazos (aproximadamente un 10% de las galaxias pertenecen a este grupo). Foto m74Han ocurrido en su seno tres supernovas, en 2002, 2003 y 2013, que han ayudado a calcular con mayor precisión la distancia de esta galaxia. La magnitud de M74 es de 10, pero no debe confundirnos, ya que se considera a este objeto como el más difícil de observar del catálogo Messier. Como siempre, habrá que buscar el sitio más oscuro posible.

He disfrutado de ella varias veces en el último mes, y en la última ocasión me decidí a dibujarla, desde un oscuro sitio a 30 minutos de Granada. Pese a mi incredulidad, hace una semana comprobé que era visible en unos prismáticos 15×70 apoyados sobre un trípode, no como un etéreo reflejo que apenas se ve, sino como un pequeña pelota nebulosa claramente discernible. En ese momento sí hace justicia a su décima magnitud, pero al telescopio la cosa cambia. Ese brillo se ve obligado a dispersarse por un área mucho mayor, con lo que parece evaporarse drásticamente. A bajos aumentos destaca el núcleo redondeado, brillante y denso, con un halo redondeado a su alrededor. Es a 125x cuando la imagen mejora drásticamente, aumentando el contraste con el cielo estrellado. Con visión periférica, así como con la vista perfectamente adaptada a la oscuridad, sus dos brazos saltan a la vista con una facilidad pasmosa, saliendo de su núcleo y retorciéndose en el sentido contrario a las agujas del reloj, perdiéndose en la lejanía. Impresiona poder ver los brazos de una galaxia mirando por un ocular, creo que es algo a lo que nunca terminaré de acostumbrarme. No son tan evidentes como los de M33 o M101, pero bajo un buen cielo tengo que admitir que son agradecidos.

M74

Piscis esconde otras galaxias más tenues, cerca de “la cuerda” que ya conocemos, y que serán protagonistas de una entrada en otro momento. Lo bueno de la astronomía es que las prisas no existen; si algo no se ve un día, ya habrá otra oportunidad.

4 Respuestas a “Entre el pez y la cuerda (M74)

  1. Felicidades por el artículo, muy bueno.
    Esta galaxia la tengo en mente para mi próxima salida al campo, a ver que tal se comporta mi refractor con ella. El dibujo como siempre, excelente.

    Un saludo.

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