Gigantes en colisión

Al hablar de galaxias en colisión probablemente se nos venga a la cabeza M51, como prototipo de este tipo de objetos. Pero lo cierto es que hay una cantidad ingente de galaxias en interacción pululando por el espacio, siendo muchas de ellas accesibles a nuestros telescopios. Las galaxias, como ya sabemos, tienen una gravedad tan elevada que no les resulta difícil atraer a otras galaxias hacia ellas. La más cercana, dentro de unos pocos miles de años, será M31 y nuestra propia galaxia, que se van acercando paulatinamente en un baile inevitable a largo plazo. Las galaxias que vamos a ver hoy se encuentran en una fase temprana de colisión, de forma que todavía no se han deformado sus brazos ni han adquirido estrambóticas siluetas.

Foto NGC 2207.jpg

Cuando las noches invernales y la contaminación lumínica nos permitan disponer de un horizonte sur despejado podremos ver a la pareja que forman NGC 2207 e IC 2163, justo por debajo de Murzim o beta Canis Majoris. Se encuentran a algo más de 100 millones de años luz y su diámetro es considerable. La primera, mayor, mide 150.000 años luz de un extremo a otro, dimensiones similares a nuestra galaxia. La otra, algo menor, tiene unos 130.000 años luz de diámetro. En la siguiente fotografía podemos comprobar cómo se rozan sus halos, con un brazo de IC 2163 que ha sido empujado en dirección opuesta a su compañera. Con el transcurso de los años se producirá una maraña de filamentos y brazos desviados digna de observar por el telescopio. Más adelante aún, ambas galaxias quedarán unidas en una galaxia elíptica tremendamente brillante, de manera similar a M87. En el momento actual podemos observar una cantidad enorme de regiones HII en NGC 2207, fruto de la colisión en curso, que no es más que un estímulo para promover la formación estelar. De hecho, NGC 2207 es residencia habitual de supernovas, como atestigua la aparición de tres de ellas en los últimos quince años. La última ocurrió en 2013, así que en cualquier momento nos puede sorprender nuevamente.

NGC 2207.png

Al telescopio ambas galaxias son perfectamente evidentes una vez enmarcadas en el campo del ocular. NGC 2207 es la mayor y la más brillante, con una magnitud de 11. Aparece como una mancha difusa y redondeada con un núcleo muy brillante y puntiforme, como si fuera una estrella superpuesta. No es muy grande, de unos 3 minutos de arco de diámetro, pero tiene un tamaño cómodo para observar. A su lado hay una mancha más pequeña y débil, de magnitud 12.6, que corresponde a IC 2163. Con visión periférica se ve algo más definida, aunque no llega a mostrar ningún detalle aparente. La imagen es similar a una M51 más pequeña y débil, y no cuesta imaginar el gran espectáculo que debe suponer esta colisión desde lugares más cercanos.

La otra pareja en cuestión se encuentra en Cáncer, muy cerca de ese manchurrón visible a simple vista que es M44, el cúmulo del Pesebre. Se trata de NGC 2672 y NGC 2673, una pareja de galaxias elípticas situadas a unas distancia de unos 200 millones de años luz, si bien esta distancia ha sido discutida e incluso hay algunos artículos en contra de su estrecha relación. Según el corrimiento al rojo (o redshift), NGC 2673 estaría a 210 millones de años luz, mientras que NGC 2672 estaría situada a 185 millones de años luz. Lo que ocurre aquí es que cuando dos galaxias están interactuando entre sí pueden dar este tipo de movimientos relativos, ya que, por decirlo de alguna manera, giran entre sí, llevando a equívoco en algunos casos. No sabemos a ciencia cierta si son verdaderas compañeras o no, pero lo cierto es que nadie diría lo contrario al ver su imagen. Ambas están incluidas en el catálogo Arp de galaxias peculiares con el número 167.

NGC 2672

Son dos galaxias que en estas noches invernales se sitúan en el cenit, en una zona perfecta para poder usar aumentos elevados y verlas con más claridad. A 125 aumentos ya es evidente la galaxia principal, NGC 2673, redondeada y brillante, visible con visión directa, aunque es algo mayor con mirada lateral. NGC 2672 se encuentra rozándola, una mancha más pequeña, mejor definida a mayores aumentos. El ocular de 7 mm resultó la mejor opción para esta pareja, a 214 aumentos, alcanzando un equilibrio entre definición y oscurecimiento del fondo que encuentro muy útil para galaxias pequeñas. Una débil estrella de magnitud 14 forma un curioso trío con las dos galaxias descritas, intentando hacerse ver ante miles de millones de estrellas que, por efecto de la distancia, parecen una simple mota de polvo flotando en un vasto océano.

Una respuesta a “Gigantes en colisión

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