El gordo y el flaco (NGC 4754 y NGC 4762)

Hemos visto una de las vías de acceso al Cúmulo de Virgo, a partir de la “T” de Coma Berenices. Sin embargo, nada nos impide comenzar el recorrido por el lado opuesto. En mi caso, descubrí estas galaxias una noche mientras buscaba M60, desde Epsilon Virginis o Vindemiatrix. Los objetos que uno encuentra por casualidad siempre dejan huella de una forma más intensa que los demás, y esto fue lo que me ocurrió con NGC 4754 y NGC 4762.

Estas dos galaxias son un buen ejemplo de cómo un mismo tipo de objeto se puede presentar de dos formas distintas, y ya de paso vamos a conocer algunos detalles de las galaxias lenticulares. A medida que una galaxia espiral va madurando, el gas que hay entre sus estrellas va disminuyendo. Por un lado, debido al propio consumo a la hora de producir nuevas estrellas. Por otro, y de forma muy frecuente en grandes cúmulos galácticos, la interacción con otras galaxias va removiendo el medio interestelar y este gas termina por desaparecer. El resultado final es una galaxia a medio camino entre la espiral y la elíptica, con forma de disco pero sin unos brazos bien definidos. Constituyen un 3% del total de galaxias del universo conocido y, como comentábamos, se encuentran especialmente en zonas de gran densidad de galaxias. Se clasifican como S0 o SB0 si presentan barra central.

Foto NGC 4762.jpg

Ya podemos centrarnos en estas dos galaxias lenticulares que se encuentran a una distancia bastante dudosa. Según el método empleado se han obtenido resultados desde 20 hasta 85 millones de años luz, si bien se les puede atribuir una media de unos 65 millones de años luz, concordando con el resto de galaxias del Cúmulo de Virgo. No hay nada claro entre la relación que guardan entre sí. Al parecer ahora mismo no están interactuando (de hecho presentan una pequeña diferencia en cuanto a distancia), pero nada nos dice si en un pasado lejano rozaron sus estrellas. NGC 4762 es la más interesante de las dos, siendo una de las galaxias de perfil más finas que podemos observar con nuestros instrumentos de aficionado. A la distancia asumida, sus 8.7 x 1.7 minutos de arco de longitud se traducirían en unos 170.000 años luz de diámetro, lo cual la convierte en una enorme galaxia mayor que nuestra Vía Láctea. Su disposición, completamente de canto, y su núcleo intenso hicieron pensar inicialmente que se trataba de una espiral, si bien posteriormente se ha llegado a la conclusión de que es una lenticular. La ausencia de polvo y gas ha ayudado sin duda a ello. Además, estudiándola en profundidad se ha descubierto la presencia de una barra central en medio del brillante bulbo rico en estrellas de edad avanzada. A su alrededor se dispone un anillo de estrellas, probable residuo de sus ancestrales y extintos brazos. Sin embargo, visualmente no se aprecia más que un fino disco de perfil con un brillante núcleo que emite radiación electromagnética en forma de ondas ionizadas. Es lo que denominamos LINER, traducido como “Low-ionization nuclear emission-line región”, un tipo de Núcleo Activo que delata la presencia de un agujero negro supermasivo en su interior. Fotografías de larga exposición muestran signos de haber sufrido una interacción en un pasado reciente, como son los bordes engrosados y dispersos de la galaxia, muestra de que alguna otra galaxia la ha “despeinado” a su paso.

Foto NGC 4754

NGC 4754, su cercana compañera, es otra galaxia lenticular que nos muestra su cara sin tapujos. Es, también, una lenticular barrada, con la peculiaridad de que la orientación de su barra no guarda relación con el óvalo externo, sino que presenta una inclinación de unos 45º. Este dato apoya la idea de que NGC 4754 ha sufrido otro percance con alguna galaxia, capaz de alterar la orientación de sus distintas regiones.

Para encontrar a esta pareja de universos podemos usar como referencia, como hemos comentado, a epsilon virginis o Vindemiatrix, una brillante estrella de magnitud 2.8 cuyo nombre hace referencia a “Vindemitor” o el Cosechador, en consonancia con el protagonismo que cobra la estrella en la estación primaveral. Se encuentra a 106 años luz de nosotros y es una gigante amarilla, una estrella que ya ha consumido su hidrógeno y cuyas capas superficiales se están expandiendo a medida que el núcleo colapsa. A tan sólo 2 minutos de esta estrella encontraremos al par galáctico, que se muestra espectacular a 125 aumentos, de manera que entran holgadamente en el campo del ocular, acompañadas por una veintena de estrellas que bailan entre ellas. Desde el primer momento queda patente su llamativo contraste. NGC 4762 es una galaxia muy alargada y fina, como si fuera una aguja plateada de bordes muy definidos. Su núcleo es brillante y puntiforme, fácilmente destacable en el centro del halo, ligeramente engrosado. Los bordes se van haciendo cada vez más finos hasta perderse en la negrura del cielo. Muy cerca, a apenas 10 minutos de arco, NGC 4754 la mira desde la distancia, quizás rencorosa por el empujón que en el pasado pudo haberle dado. Destaca su zona interna, redondeada, algo ovalada, con el mismo eje que su compañera. Mayores aumentos no revelan más detalle, y sin embargo se pierde el efecto visual que ambas consiguen estando en el mismo ocular, por lo que merece la pena observarlas a aumentos relativamente bajos o con un ocular de campo ancho. Su visita no defrauda e invita a volver año tras año.

NGC 4754

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