Nuevamente, la constelación de Coma Berenices nos sorprende con una de sus más espectaculares galaxias, al alcance además de cualquier instrumento de aficionado. NGC 4565, también conocida como Caldwell 38 y llamada coloquialmente “la Aguja”, es quizás el prototipo más perfecto de una galaxia de perfil que podamos observar a través de nuestro telescopio.

Fotografía realizada por Juan Antonio Sánchez JASP
Situada a una distancia de entre 40 y 47 millones de años luz, NGC 4565 es una galaxia espiral barrada con un cierto aire misterioso que le otorga su gran banda central de polvo, que recorre su ecuador ocultando las regiones más internas. Sin embargo, en diferentes longitudes de onda se han podido encontrar evidencias de la existencia de una barra central, así como un anillo central de estrellas que se disponen en torno al núcleo. Está un poco más lejos que NGC 891, su innegable competidora, aunque NGC 4565 presenta un brillo superficial mucho mayor. El motivo será probablemente que el polvo de nuestra propia galaxia se interpone entre NGC 891 y nosotros, mientras que NGC 4565 se encuentra casi rozando el polo norte galáctico, sin brazos ni nebulosas que interfieran la observación. Tenemos, por tanto, una visión privilegiada de esta galaxia. En ella no encontramos abundancia de regiones HII ni grandes cúmulos azulados, indicadores de su limitada formación estelar. Presenta, sin embargo, un alto número de cúmulos globulares, habiéndose constatado unos 240 de estos y superando, por tanto, a la Vía Láctea. NGC 4565 mide unos 150.000 años luz de diámetro, así que observando esta galaxia podemos imaginar cómo vería un extraterrestre a nuestra galaxia desde una perspectiva lateral.
NGC 4565 es visible con unos simples prismáticos si la noche es lo suficientemente oscura y estable, saltando a la vista con cualquier telescopio. La primera vez que la vi fue hace un año, sin saber cómo era, y quedé enormemente sorprendido al percibir que presentaba una fina línea oscura. Hace unas semanas decidí volver a disfrutar de ella sabiendo lo que iba a encontrar, y no me defraudó. Es una galaxia grande y extremadamente alargada. Con sus 16 x 2 minutos de arco, ocupaba todo el campo con el ocular de 7 mm, a 214 aumentos. Un brillante núcleo de aspecto estelar relucía en el centro de la galaxia, rodeado por un abultamiento del halo galáctico en forma de sobrero. La región colindante del núcleo es más brillante y se difuminando hacia los lados. Su aspecto más llamativo, además de su forma, es esa banda de polvo que la recorre a nivel ecuatorial, que se aprecia mucho mejor en el centro, aunque con visión periférica se aprecia que continúa hacia los bordes perdiéndose en la oscuridad. Los extremos de la galaxia también presentan gran atractivo, pues se van estrechando cada vez hasta acabar en una finísima línea. La Aguja bien se ha ganado su nombre y el derecho a ser visitada regularmente como el mejor de los ejemplos de una galaxia espiral que nos muestra su llamativo perfil.
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