El Septeto de Copeland

A todos nos asombran los grupos compactos de galaxias, es algo que parece ciencia ficción, varias galaxias compuestas por miles de millones de estrellas bailando en el cosmos, unidas por la misma fuerza que hace caer una hoja al suelo. Muchos de estos grupos tienen nombres propios que perdurarán a lo largo de la historia, destacando, sin duda el Quinteto de Stephan, que ya hemos visto con anterioridad. Sin embargo, hay otras agrupaciones famosas que requieren aberturas más generosas, como el caso que nos ocupa hoy, que es conocido como el Septeto de Copeland. El nombre hace referencia a su descubridor, Ralph Copeland, ayudante de Lord Rosse que, en 1874, se topó en el telescopio de 72 pulgadas con esta agrupación de galaxias. Las catalogó y se equivocó al pasar las coordenadas al papel, de manera que estuvieron “desaparecidas” durante más de un siglo, hasta que Paul Hickson las reencontró y las añadió a su catálogo de galaxias peculiares con el nombre de Hickson 57.

Foto Arp 320.jpeg

El Septeto de Copeland se sitúa a una enorme distancia, precisada en el año 2005 con una supernova que tuvo lugar en NGC 3746. Si el Quinteto de Stephan, con más de 300 millones de años luz, ya nos parecía lejano, podremos sentir vértigo al ver Hickson 57, ya que se encuentra a 480 millones de años luz. Si multiplicamos por 28 el tiempo que ha tardado la luz en llegarnos de esas galaxias llegaremos al mismo instante en el que el universo se formó. NGC 3753 es el componente principal del grupo, con una magnitud de 14.5, una galaxia espiral alargada que muestra dos colas deformadas de material que se ha desprendido a raíz de la interacción con sus compañeras. Recientes estudios sugieren que es el resultado de dos espirales que han colisionado entre sí durante los últimos 100 millones de años, promoviendo una importante proliferación estelar. Casi en contacto con ella podemos ver a NGC 3754, una espiral barrada de la magnitud 15, fuente de emisión en radio e infrarrojo. El resto de galaxias ronda la magnitud 15, llegando NGC 3745 a la magnitud 16.2. Se disponen en forma de dos tríos de galaxias, con NGC 3751 algo más alejada. De hecho, ésta última no forma parte de Arp 320, otro nombre con el que se conoce a las restantes galaxias de Hickson 57. Un octavo componente, UGC 6601, aparece en medio de las demás, brillando con una tímida magnitud 17.4, reservada por tanto a mayores telescopios.

Observé el Septeto de Copeland desde un cielo oscuro pero un día con importantes turbulencias en la atmósfera, de manera que usar altos aumentos era un verdadero infierno. A  115 aumentos ya atisbarlas como una doble mancha sin forma en torno a una estrella de magnitud 12, si bien su resolución distaba mucho de ser posible. Decidí, con paciencia, usar el Kronus de 7 mm, observando el conjunto a 214 aumentos, y ahí, tras minutos esperando un poco de estabilidad atmosférica, pude ir captando más cosas. De entrada destacaban dos galaxias a ambos lados de la estrella central, correspondientes a NGC 3753 (magnitud 14.5) y NGC 3746 (magnitud 15). No pude apreciar NGC 3754, la pequeña galaxia que forma pareja con NGC 3743, probablemente estuvieran demasiado juntas teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, así que habrá que probar otro día. La mancha que había en su lugar probablemente correspondía a la silueta de ambas galaxias, prácticamente en contacto. Sí pude distinguir sin mayores problemas a NGC 3750, de magnitud 15, muy cerca de las anteriores. Al otro lado de la estrella, acompañando a NGC 3746, me las vi y sudé para distinguir, con visión periférica y la vista completamente adaptada a la oscuridad, a NGC 3748, de magnitud 15.8. Entre ambas brillaba NGC 3745, de magnitud 16.2, completamente invisible bajo ese cielo. “Apartado” del primer grupo (a tan sólo 2.5 minutos de arco de NGC 3753, pude ver con relativa facilidad a NGC 3751, otra espiral de magnitud 15 y ninguna forma definida. En total pude individualizar 5 galaxias, muy sugerentes a pesar de su extremada debilidad, y es que no todos los días podemos ver tantas estrellas en un espacio tan reducido.

NGC 3745.png

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