La estación de los cúmulos globulares ha llegado, y con ella la constelación de Ofiuco, una de las más ricas en este tipo de objetos, se eleva cada vez a primera hora de la noche. Los cúmulos globulares se formaron a la par que la galaxia, mil millones de años arriba o abajo, ajenos a las turbulencias y supernovas que ocurrían en el disco galáctico, por lo cual podemos observarlos prácticamente tal cual eran por entonces. Hoy vamos a ver dos de estas reliquias de la Vía Láctea, M10 y M12.
M10 es un globular situado a una distancia de 14.300 años luz, relativamente cerca si lo comparamos con el resto de cúmulos. Va girando lentamente alrededor del núcleo de la Vía Láctea, tardando unos 140 millones de años en recorrer una vuelta completa. Fue descubierto por Messier en 1764, pero no sería hasta 8 años después cuando William Herschel pudo distinguir de forma individualiza su multitud de estrellas. M10 se encuentra dentro de la categoría VII de la clasificación de Shapley-Sawyer, lo cual nos habla de una concentración relativamente baja (recordemos que el grado I era el de mayor densidad central). Cuenta con unas 100.000 estrellas entre su población, destacando en su núcleo una importante cantidad de estrellas binarias. Es en estas zonas donde se han descubierto varias estrellas “rezagadas azules”, formadas precisamente por la colisión entre dos estrellas, algo que no es de extrañar dado el gran número de éstas. El diámetro de M10 se estima en poco más de 80 años luz, si bien su periferia es tan débil que no será visible sino en fotografías de larga exposición.
Sin embargo, visualmente, M10 es uno de esos globulares que marcan a cualquiera que lo vea desde un lugar apartado de las luces de la ciudad. Visible sin dificultad a través del buscador, a bajo aumento revela una forma circular, con el centro más brillante. A medida que vamos usando mayores aumentos podremos apreciar que su estructura es de todo menos homogénea, siendo probablemente uno de los cúmulos globulares que más variedad puede mostrar. A pesar de ser un globular de categoría VII, su núcleo queda bien destacado en el centro, con una forma alargada, achatado en la mitad, como si fuera un cacahuete. Multitud de estrellas pueblan esta zona, perfectamente resueltas y tan juntas que a veces cuesta trabajo diferenciar unas de otras. A partir de ahí la corona se extiende por diámetro total mayor de 10 minutos de arco, siendo mayor el radio por su lado noreste. Sin embargo, lo más llamativo de M10 se aprecia conforme pasan los minutos, cuando van apareciendo débiles prolongaciones desde el núcleo hacia la periferia, como las patas de una araña, destacando dos más brillantes. Algunas zonas más densas rompen la poca uniformidad que pudiera haber, completando así uno de los cúmulos más llamativos que podemos contemplar.
Muy cerca, a poco más de 3 grados de distancia, encontramos a la pareja del M10, otro cúmulo globular que nos permitirá comparar distintas morfologías y estructuras. Se trata de M12, situado tan sólo un poco más lejos que su compañero, a unos 16.000 años luz, y con un diámetro de unos 75 años luz. De igual modo que en el vientre materno uno de los gemelos puede verse perjudicado con respecto al otro, M12 ha sufrido de manera más acusada su paso a través del disco galáctico. Las fuertes corrientes de marea han apartado del cúmulo a las estrellas menos masivas, de manera que M12 ha perdido un millón de estrellas que han quedado dispersas por los brazos de la Vía Láctea. Hoy cuenta con unos 250.000 astros que se disponen con una densidad muy baja, tanto que hasta hace poco se pensaba que M12 era un producto intermedio entre un cúmulo abierto y un globular. Hoy se sabe a ciencia cierta que se un cúmulo globular muy poco concentrado, obteniendo un grado IX en la clasificación Shapley-Sawyer.
Al ocular, en seguida notaremos la diferencia con respecto a M10. M12 es menos brillante y sus estrellas parecen minúsculas motas de polvo. Aunque poco marcada, presenta un núcleo más definido de forma romboidal, con una corona que alcanza un diámetro de unos 10 minutos de arco, que se va perdiendo gradualmente hasta desaparecer por completo. Las estrellas del núcleo son algo más brillantes, y tras varios minutos de adaptación a la oscuridad destacan 3 prolongaciones que salen en dirección norte a modo de dedos. M12 cuenta con un as bajo la manga que atraerá nuestra mirada instantáneamente si la atmósfera está limpia. Se trata de una estrella rojiza que destaca claramente justo al borde del núcleo, llamando poderosamente la atención, proporcionando a esta familia de soles una firma totalmente personalizada.