El Delfín ocupa una situación óptima para observar estas noches de verano, y se mantendrá a tiro de telescopio hasta bien entrado el otoño, por lo que podemos aprovechar para conocerlo un poco mejor. Ya vimos, con anterioridad, algunos de sus cúmulos, así como NGC 6905, una interesante nebulosa planetaria. Hoy vamos a ver un trío de galaxias, objetos que uno no asocia a constelaciones estivales, formado por NGC 6956, UGC 11620 y UGC 11623. Hay un trío más conocido en el Delfín compuesto por las galaxias NGC 6927, NGC 6928 y NGC 6930, algo más fácil de observar, al que dedicaremos una entrada próximamente.
NGC 6956 es una galaxia verdaderamente interesante, una espiral que nos muestra unos brazos muy abiertos y densos, con cierta asimetría, como si algo los estuviera arrastrando hacia el exterior. Una brillante barra preside su región central y multitud de condensaciones y regiones HII pueblan sus retorcidos brazos. Aparece en contacto estrecho con una blanquecina estrella de magnitud 11.7. Sin embargo, es la perspectiva la que las une, ya que la galaxia se encuentra a unos considerables 190 millones de años luz de distancia. UGC 11623 es una maravillosa espiral barrada que despliega unos brazos totalmente distintos a los anteriores, mucho más cerrados sobre su núcleo. Aparece, así mismo, más rojiza que su compañera, debido probablemente a su mayor riqueza en estrellas de edad avanzada. Su magnitud de 14.9 la restringe a telescopios de abertura considerable y cielos oscuros. El tercer miembro del grupo, UGC 11620, es algo más brillante, con una magnitud de 14.6, y es otra galaxia espiral más pequeña, de reducidos brazos que giran regularmente, con alguna irregularidad en su superficie. Estas dos galaxias comparten el mismo corrimiento al rojo que NGC 6956, de lo cual podemos deducir que comparten también un espacio similar en el cosmos, estando gravitacionalmente atadas entre sí. NGC 6956 cuenta con la particularidad de que ha sido testigo, en la última década, de la aparición de dos supernovas, una de ellas en 2006 y la otra en 2013. ¿Nos dará otra sorpresa pronto?
NGC 6956, con una magnitud de 13.1, es la galaxia más brillante de las tres, con diferencia. Si las condiciones no son óptimas será la única que consigamos ver, pero lo ideal sería observarlo bajo cielos realmente oscuros. Sólo así podremos aspirar a cazar los interesantes brazos de la galaxia. Con mi Dobson de 30 cm aproveché una visita a Sierra Nevada para centrarme en este interesante grupo. Desde un primer momento fueron obvias las tres galaxias, brillando las del catálogo UGC con menor intensidad y siendo necesaria la visión periférica para verlas, sobre todo al principio. NGC 6956 se percibía más fácilmente al lado de una estrella más brillante. Usé el Cronus de 7 mm para obtener 214 aumentos e intentar sacar más información. Se apreciaba la galaxia con un tamaño considerable (tiene 1.4 x 1.7 minutos de arco de superficie), y su centro más brillante reflejaba cierta heterogeneidad. Esperé pacientemente, usando mirada periférica, adaptando la visión aún más, hasta que finalmente pude percibir que el centro de la galaxia adoptaba la forma de una barra rectilínea que en sus bordes se doblaba hacia el exterior, desapareciendo en seguida de mi vista. Relajé la mirada y nuevamente lo intenté, apareciendo otra vez sus curiosos brazos, de una forma extremadamente tenue, pero visibles desde la lejanía. Es en esos momentos cuando uno siente verdadero vértigo, así como una sensación en el cuerpo que nos pide más.
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