Tres por el precio de uno (NGC 133, NGC 146 y King 14)

Casiopea es una constelación rica en cúmulos abiertos, localizados la mayoría en distintos puntos del brazo de Perseo, y hay tal cantidad de ellos que, en ocasiones, podemos ver varios ocupando una misma parcela celeste. En el caso de hoy vamos a ver tres cúmulos en el mismo campo del ocular, algo que no es muy frecuente, y se localizan muy cerca de la galaxia IC 10, que ya hemos estudiado con anterioridad.

Pero antes de hablar de los cúmulos vamos a dar unas pinceladas sobre la estrella que nos sirve para localizarlos, la brillante Kappa Cassiopeaie. No decimos “brillante” en un sentido puramente visual, ya que su magnitud de 4.2 puede que no sea nada sorprendente. Sin embargo, lo verdaderamente fascinante es que la estrella, una supergigante azul de tipo espectral B, se encuentra a más de 4000 años luz de distancia. Es una de las estrellas que más radiación emite, con una luminosidad equivalente a 420.000 soles y una temperatura de 24.000 kelvin. Si estuviera en el centro de nuestro sistema solar “achicharraría”, literalmente, cualquiera de los planetas que conocemos, de manera que podemos tacharla de nuestra lista de candidatas a viajes espaciales. Además, es una estrella de gran velocidad que está provocando, a su paso, un choque en arco (bow shock), un fenómeno que podemos apreciar en la siguiente fotografía tomada en el infrarrojo por el telescopio Spitzer:

Foto Kappa Cas.jpg

Se trata, en resumidas cuentas, del choque entre el campo magnético de la estrella con el medio interestelar, que es estimulado y emite radiación que podemos detectar desde nuestro planeta. Esa onda de choque se encuentra 4 años luz por delante de la estrella, lo cual da una idea del gran alcance de este coloso azul. Nos alejamos ahora de la peligrosa Kappa Cas para explorar los cúmulos ya mencionados.

El triángulo de cúmulos está conformado por NGC 133, NGC 146 y King 14. Aunque parezcan estar a la misma distancia, el primero de ellos se encuentra muy cerca, compartiendo con el Sol el ramal de Orión, mientras que los otros se sitúan en la parte más externa del brazo de Perseo. Comenzaremos por el primero de ellos, NGC 133, aunque es el de menor atractivo. De hecho, es posible que, si no nos dijeran nada, ni lo apreciáramos como cúmulo, ya que a través del ocular podemos ver 5 estrellas brillantes con forma de letra Y, con alguna que otra estrella más débil que parece formar parte del fondo. La primera vez que lo observé pensé que era un error de catálogo, aunque después de todo, parece que esas estrellas están unidas entre sí, constituyendo una pequeña familia. Quizás, su elemento más interesante es una de sus estrellas intermedias, de magnitud 10, que tiene una débil compañera a 5 segundos de arco, que necesitará un aumento medio para desdoblarla. Se encuentra a unos 2000 años luz de nosotros en dirección al brazo de Perseo, y hacia allá vamos ahora para ver los otros dos cúmulos.

NGC 133.png

Atravesamos con nuestra imaginación el denso brazo galáctico, pasando de largo miles de estrellas hasta llegar a la zona más externa del brazo de Perseo, a casi 10.000 años luz de distancia. Si seguimos más allá llegaríamos al borde de nuestra galaxia, pero dos grandes familias de estrellas nos retienen aquí. “Estos sí son cúmulos de verdad”, pensamos cuando su luz impregna nuestra retina. El primero de ellos, NGC 146, es un joven grupo de estrellas cuyos miembros más jóvenes nacieron hace apenas 3 millones de años, aunque la nebulosa original se ha dispersado por completo. Son estrellas azuladas entre las que destaca una de tipo Herbig Be. Este tipo de estrellas son tan jóvenes que se encuentran envueltas en una nube de polvo que dificulta su visualización, si bien se pueden detectar por su brillo en el infrarrojo. El núcleo de la estrella todavía no ha comenzado a quemar hidrógeno, pero pronto comenzará a dar sus primeros pasos y pasará a ser una estrella de la secuencia principal, como la mayor parte de los astros que pueblan la galaxia. El cúmulo tiene una forma alargada, con una región interna más densa, y una treintena de componentes pueden contarse con facilidad en sus dominios. El tercer cúmulo, igualmente joven, se denomina King 14, y con abertura moderada es probablemente el más sugestivo de los tres. Con un diámetro de unos 7 minutos de arco, está formado por casi 200 estrellas, si bien son visibles unas 30 de ellas, muy débiles y unidas, con algunas en el límite de detección del telescopio titilando en la lejanía, asomadas tímidamente entre el resto. Hay que reconocer que tiene su encanto, y su visión es aún más interesante si tenemos en cuenta la distancia que nos separa de esas jóvenes estrellas. La brillante Kappa Cas parece mirarlas con cautela, protegiendo con su potente luz estos distantes cúmulos.

ngc-133-detalles

2 Respuestas a “Tres por el precio de uno (NGC 133, NGC 146 y King 14)

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