Hoy vamos a continuar el estudio de esta gran estructura, sumergiéndonos para ello en la constelación de Piscis, donde este Supercúmulo comienza a mostrar grupos cada vez mayores de galaxias. La última vez nos quedamos en NGC 315, y desde esa galaxia sólo tenemos que desplazarnos 3 grados en dirección a Mirach (Beta Andromedae) para que entre en campo el llamativo grupo de NGC 383. Conocida como la Cadena de Piscis o Arp 331, es un conjunto de galaxias situadas a una distancia entre 200 y 240 millones de años luz que se disponen formando una cadena con su centro en NGC 383. Ésta es una galaxia lenticular clasificada como radiogalaxia, también denominada 3C 31, que presenta dos prominentes jets visibles en ondas de radio que se alejan del núcleo a medida que se expanden y se retuercen hasta una distancia de casi 1 millón de años luz. En la siguiente imagen, del NRAO, puede apreciarse junto a otras galaxias de la cadena que nos ocupa hoy. El mecanismo de emisión de energía es similar al resto de radiogalaxias, formándose a raíz del disco de acreción de un agujero negro supermasivo que ocupa el centro de la galaxia, de manera que los chorros de partículas son despedidos por sus polos a velocidades cercanas a la de la luz.
En la siguiente imagen, obtenida con el Hubble, se aprecia una increíble vista de NGC 383, con enormes bandas de polvo que oscurecen la galaxia y la asemejan, en cierta manera, a M64, la galaxia del Ojo Negro:
NGC 383 se aprecia al telescopio como una nube de bajo brillo superficial compañera a una débil estrella. Presenta cierta forma alargada, y a altos aumentos se puede distinguir, casi rozando su disco, a NGC 382, una pequeña galaxia compañera elíptica que aparece con aspecto estelar. Más evidentes son, a ambos lados de NGC 383, dos parejas de galaxias que siguen, aproximadamente, la misma dirección. Por un lado tenemos a NGC 380, una galaxia elíptica que aparece como una pequeña esfera difusa, más visible con visión lateral, de apenas 1 minuto de arco de diámetro. Por encima está NGC 379, una galaxia lenticular de magnitud 12.8 y una forma alargada que se distingue al telescopio cuando la estabilidad atmosférica acompaña.
Al otro lado de NGC 383 podemos ver otras dos galaxias más débiles, siendo la más cercana NGC 385, una elíptica de magnitud 12.9. Justo detrás, NGC 384 es una galaxia lenticular de magnitud 13.1 y una forma ligeramente achatada que se puede apreciar, no sin cierta dificultad con el telescopio. Entre NGC 383 y NGC 385 podemos intentar cazar la débil y esquiva NGC 386, que cuenta con 0.4 minutos de arco de diámetro y una magnitud de 14.3, vislumbrándose tan sólo como una diminuta nubecilla con visión lateral. Una vez que tenemos la visión completamente adaptada a la oscuridad podemos disfrutar de todo el conjunto, y si observamos desde un lugar muy oscuro podremos aspirar a encontrar algunas otras galaxias aún más tenues.
La siguiente familia del Supercúmulo de Perseo-Piscis, conocida como el Grupo de Piscis o Grupo de NGC 507, se sitúa por debajo de Mirach, justo entre la estrella y M33, la Galaxia del Triángulo (sin embargo, pertenece a la constelación de Piscis). Es un grupo bastante numeroso cuyas componentes se encuentran alrededor de una llamativa estrella denominada HD 8347. Con una magnitud de 7.6, nos llamará fuertemente la atención su intenso color anaranjado, como corresponde a una estrella de tipo espectral K5, y contrasta con una tenue estrella de la décima magnitud que se encuentra a 42 segundos de distancia, y que aparece con una tonalidad azulada, fruto seguramente de la diferencia de intensidad, ya que realmente es una estrella amarillenta. Ambas estrellas no forman un sistema binario, ya que la rojiza se encuentra a casi 1000 años luz de distancia, mientras que la “secundaria” está a apenas 50 años luz. La perspectiva ha querido colocarlas en esa peculiar disposición para engañar a nuestros sentidos.
NGC 507, la galaxia principal del grupo, se denomina también Arp 299, englobándose dentro del capítulo de galaxias con capas externas, una característica que se puede apreciar en fotografías de larga exposición. Estas capas superpuestas a modo de cebolla se deben, probablemente, a la fusión previa de varias galaxias más pequeñas, y seguramente no serán las últimas. NGC 507 es una galaxia elíptica que lidera a su grupo de galaxias, y se piensa que la vecina NGC 499 pertenece en realidad a otro grupo que probablemente ha interaccionado en el pasado con el grupo de NGC 507 (un gran halo deformado visible en rayos X apoya esta teoría). NGC 508 es una pequeña galaxia elíptica que, a pesar de aparecer junto a NGC 507, no parece estar sufriendo ninguna interacción con ella, permaneciendo ajena a su influencia a pesar de su cercanía. Cerca de esta pareja se deja ver NGC 504, una galaxia lenticular de magnitud 13 que muestra una silueta alargada, así como también se muestra ovalada NGC 494, una bonita espiral que se encuentra inclinada hacia nosotros. De magnitud 12.9, está acompañada por tres débiles estrellas que forman una línea a su lado.
Junto a la llamativa y anaranjada estrella central podemos ver algunos puntos débiles, y hacemos hincapié en lo de “puntos”, ya que uno de ellos no es una estrella sino la débil galaxia IC 1687, que con una magnitud de 13.7 podría pertenecer a la categoría de “galaxias compactas”, un tipo de galaxia pequeña, densa y con poco polvo interestelar. Algo más alejada, IC 1682 es una galaxia espiral de magnitud 13.6 y un tamaño algo mayor, visible como una pequeña mancha extremadamente débil.
Y de aquí saltamos al grupo de NGC 499, en el mismo campo del ocular si no usamos aumentos elevados. En mi caso pude contemplar ambos grupos con el ocular Hyperion de 13 mm, a 115 aumentos. NGC 499 es la más evidente, una galaxia elíptica de magnitud 12.1 que muestra, incluso a bajo aumento, un núcleo puntiforme que pierde brillo hacia los bordes. Otras dos galaxias relativamente brillantes forman un triángulo con ella. Por un lado, NGC 495 es una bonita galaxia espiral que se nos presenta de frente, mostrando dos espectaculares brazos que recuerdan a NGC 1300. Por último, NGC 496 es una débil galaxia espiral de magnitud 13.4 y un aspecto que llama mi atención en fotografías de larga exposición, ya que contrasta con el resto de las galaxias estudiadas por presentar un tono azulado y multitud de “grumos”, aglomeraciones de jóvenes estrellas típicas de las galaxias que han sufrido alguna interacción reciente. Al telescopio, sin embargo, no es más que una nubecilla sin forma y extremadamente débil, pero eso no nos impide maravillarnos con el hecho de poder intuirla tras el ocular.
A riesgo de alargar demasiado esta entrada vamos a terminar hablando de una llamativa estructura que hace su aparición en esta zona del cielo, siendo bordeada por parte del Supercúmulo de Perseo-Piscis. Se trata del Vacío de Tauro, una zona especialmente vacía en galaxias que ayuda a definir la estructura a gran escala del cosmos que cada día vamos teniendo más clara. Esta estructura, si recordamos anteriores entradas, está formada por filamentos de galaxias con zonas poco densas, o vacíos, entre ellas, otorgando al universo una disposición con forma de esponja. El Vacío de Tauro se encuentra separando el Supercúmulo de Virgo, nuestra familia de galaxias, y el Supercúmulo de Perseo-Piscis, a través de un espacio de 150 millones de años luz. En la siguiente recreación podemos apreciar el Vacío, cuya concentración de galaxias es ínfima. De hecho, tan sólo se han descubierto unas pocas galaxias en su seno, como es el caso de UGC 2627 y UGC 2629, dos débiles galaxias que algún día trataremos de cazar.
En la siguiente entrada trataremos los dos últimos grandes cúmulos de esta gran familia y representaremos de forma global todos los componentes que hemos ido viendo en estos artículos.
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