Los límites entre Cefeo y Casiopea se encuentran poblados por multitud de cúmulos abiertos y nebulosas, correspondientes al rico brazo galáctico de Perseo. Entre ellos figura uno de sobra conocido por los aficionados, visible incluso desde ciudades contaminadas. Se trata de M52, un cúmulo abierto descubierto por Charles Messier en 1774 y que linda con algunas maravillas celestes como son NGC 7635 (la Nebulosa de la Burbuja) o NGC 7538. M52, también conocido como NGC 7654, es un cúmulo abierto inmerso en el plano galáctico. Esta localización hace prácticamente imposible conocer con exactitud su distancia, de manera que hay estudios que lo sitúan a 3.000 años luz mientras que otros lo hacen a más de 7.000 años luz.
Es una familia cuyos miembros se han contabilizado en 193 componentes, con una edad estimada en unos 35 millones de años, de manera que es relativamente joven. Se ha comprobado que sus estrellas se han ido formando en tandas y de manera secuencial, naciendo primero las de menor masa. M52 tiene un diámetro aparente de 13 minutos de arco. Si tomamos como distancia real unos 5.000 años luz, tendría un diámetro de unos 19 años luz: no presenta una densidad especialmente elevada, en sus regiones más internas tiene una concentración de 3 estrellas por cada pársec cúbico (un pársec es algo más de 3 años luz), no mucho más que en las inmediaciones de nuestro sistema solar.
Con M52 podemos comprender perfectamente el motivo que llevó a Messier a realizar su lista de objetos. A bajo aumento presenta una forma triangular que podríamos definir como cometaria, con una brillante estrella anaranjada que, anclada en un vértice, simularía a la perfección el núcleo del cometa. Conforme usamos mayores aumentos podemos apreciar que el cometa está conformado por multitud de estrellas, decenas de ellas, brillando al unísono como pequeños granos de diamante. Para disfrutar de M52 decidí probar el Maksutov-Cassegrain de 127 mm y f/12, usando el ocular Explore Scientific de 14 mm. M52 cabía perfectamente en el campo, ocupando la región central. Su forma triangular se apreciaba con claridad y me resultó curioso que sus estrellas, perfectamente puntuales, no tenían un brillo muy elevado, aunque en conjunto transmitían una fuerza considerable. La brillante estrella anaranjada, SAO 20606, destacaba sobre el resto, ocupando el vértice del cúmulo. Con una magnitud de 8 y un tipo espectral F, añadía un interesante punto visual que contrastaba con el resto de estrellas, poniendo un broche de oro a un objeto adecuado para todos los públicos (e instrumentos).
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Muy bonito el dibujo de «el impostor cometario»…aquí en mi pueblo,Santiago,Argentina,no se puede ver.
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Muchas gracias Cyntia. Bueno, por lo que tengo entendido por allí tenéis verdaderas maravillas en cuanto a cúmulos. ¡Un saludo!
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