Volvemos al Cúmulo de Virgo para estudiar una interesante galaxia descubierta por nuestro amigo Charles Messier en 1781, la noche del 18 de marzo. Imaginad por un momento la sorpresa de Messier cuando, mientras buscaba el cometa Halley, encontro en la constelacion de ocho manchas difusas de una sentada, ademas de M92 en Hércules. Eran tiempos emocionantes para estos primeros exploradores espaciales. De las galaxias que el astrónomo descubrió a lo largo de su vida, M89 fue la última elíptica de su famoso catálogo, y será esta galaxia la protagonista de este artículo.
Con el doble de masa que nuestra Vía Láctea, M89, también conocida como NGC 4552, tiene la peculiaridad de ser una de las esferas más perfectas que se pueden observar en el cielo. Las galaxias elípticas suelen tener una ligera elongación, pero M89 muestra una superficie circular sin ninguna deformidad. Podría ser una galaxia alargada pero en el mismo sentido de nuestro punto de vista, de manera que veríamos la elipse por uno de sus «polos», apareciendo redondeada a nuestros ojos. A falta de más datos, podemos considerarla como una de las galaxias esféricas más delicadas y brillantes del cielo, con una magnitud de 10. En su interior, como en la mayoría de elípticas, reside un agujero negro cuya masa se ha estimado en unas 700 millones de masas solares, dejando en pañales a nuestro agujero negro que cuenta con «tan sólo» 4 millones. Al observar la galaxia en rayos X se han observado dos enormes burbujas que se extienden más allá de su periferia, formadas por la rápida rotación del agujero negro. Se pueden apreciar en la siguiente imagen del Chandra, en la que podrían confundirse con brazos en espiral. Una población de 2000 cúmulos globulares se dispone alrededor de la galaxia, estando algunos de ellos a 300.000 años luz del centro.
M89 presenta una baja concentración de gas, como ocurre con la mayoría de elípticas: como causas principales tenemos su avanzada edad y su pertenencia a uno de los grandes cúmulos de galaxias. A pesar de la aparente perfección de su disco de estrellas, M89 presenta una cubierta asimétrica que fue encontrada en 1979, una especie de halo externo que parece ser el resultado de alguna antigua interacción con otra galaxia. Desde hace tiempo se conocía la existencia de un jet que se comparó con el que posee M87, aunque posteriormente se ha llegado a la conclusión de que dicha protrusión es el resto de una galaxia enana que está siendo devorada por M89. La corriente de estrellas alcanza una longitud mayor de 100.000 años luz.
Muy cerca de M89 tenemos una interesante pareja de galaxias, NGC 4550 y NGC 4551. Podemos contar con los dedos de las manos las galaxias que presentan dos poblaciones estelares que giran en direcciones opuestas, y NGC 4550 es la mejor exponente de ellas. Hablando en plata, la mitad de las estrellas de esta galaxia lenticular giran en un sentido, mientras que la mitad restante lo hace en la dirección contraria. Sólo hay otra galaxia con esta misma peculiaridad, NGC 7217, aunque algunas otras presentan una pequeña proporción de estrellas que giran en sentido opuesto. En las zonas internas de NGC 4550, además, se han encontrado grandes franjas de gas y polvo interestelar que adoptan una forma similar a brazos en espiral. La causa del comportamiento aparentemente errático de sus estrellas subyace, con alta probabilidad, en la interacción de la galaxia con una gran masa de gas intergaláctico. Esta masa de hidrogeno colisionaría con NGC 4550 en dirección opuesta a su giro, de manera que las estrellas formadas en su seno se moverían en dicha dirección. NGC 4551, a su lado, es una galaxia elíptica que, pese a su cercana situación, presenta un desplazamiento al rojo diferente, lo cual sugiere que no forman un par físico. Sin embargo, casi con toda probabilidad son miembros del Cúmulo de Virgo.

Tenho Tuomi, Saskatchewan, Canada
La observación de M89 es sencilla, ya que no tiene importantes detalles para mostrarnos, al igual que ocurre con la mayoría de galaxias elípticas. Visible con unos simples prismáticos, aparece como una esfera de 4 minutos de diámetro de bordes difusos. A elevados aumentos su núcleo aparece más brillante y redondeado, visible con facilidad sin usar visión periférica. NGC 4550 y NGC 4551, por otro lado, complementan a la perfección la observación aportando un agradable contraste de formas. NGC 4550, alargada y delicada, forma una estupenda pareja con NGC 4551, más pequeña y redondeada.
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