Hoy le toca el turno a un compañero de M69, un globular que podemos visitar de paso cuando observemos en el interior de la “tetera” de Sagitario. NGC 6522 fue descubierto por James Dunlop en 1826, casi 50 años después que M69, a pesar de que se encuentra a sólo un grado de distancia aparente.
NGC 6652 dista 32.900 años luz de nosotros y es uno de los globulares más cercanos al núcleo de la Vía Láctea, a poco más de 6.000 años luz de distancia. Todo parece indicar que se formó en el halo galáctico, a pesar de que se encuentre en el bulbo, probablemente atraído en el pasado por la intensa gravedad de nuestra galaxia. Posee una baja metalicidad, una pista más para corroborar su origen alejado del núcleo, ya que si se hubiera formado en las regiones centrales la “contaminación” del espacio interestelar habría producido estrellas de mayor metalicidad, formadas por elementos más pesados. Su edad se estima en unos 11.700 millones de años, por lo que estamos ante un cúmulo relativamente joven.
En 2012 el telescopio Chandra encontró hasta 11 fuentes emisoras de rayos X. Por un lado, algunas de ellas están relacionadas con binarias de rayos X, un sistema binario compuesto por una estrella “normal” que gira en torno a una estrella de neutrones o agujero negro, cediendo parte de su masa a su masivo compañero, momento en el cual se emiten grandes cantidades de rayos X. Otras de las fuentes parecen ser estrellas de neutrones que brillan como faros cósmicos, mientras que algunas otras se correlacionan con variables cataclísmicas (son sistemas binarios en los que una enana blanca absorbe materia de una estrella compañera, de una manera similar a las binarias de rayos X, produciendo un aumento súbito de la magnitud de la estrella).
Para llegar a NGC 6652 podemos salir de M69, bajando al sur hasta una hilera de estrellas brillantes (la más occidental, por cierto, se llama HD 170479 y es una estrella doble con sus dos componentes separados por 3 segundos de arco, con magnitudes de 5.4 y 9.7). Al otro extremo encontramos el cúmulo globular, que brilla con una magnitud 8.5 y un diámetro de unos 6 minutos de arco. A bajo aumento aparece como pequeña esfera nebulosa, sin un gradiente remarcable. Al usar mayores aumentos (en mi caso utilicé el ocular Cronus de 7 mm, con 214 aumentos) el núcleo aparece de aspecto estelar y los bordes parecen alcanzar una mayor distancia, sin cambios bruscos en la homogeneidad de su superficie. Con paciencia comienzan a vislumbrarse algunas estrellas salpicando la periferia del globular, con sutiles destellos que necesitan un cielo oscuro para ser distinguidos. Uno puede imaginar que son los reflejos de esas exóticas estrellas que mandan ráfagas de rayos X, añadiendo interés a un cúmulo pequeño pero ciertamente sugestivo.
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