El Águila es una de las constelaciones más rica en nebulosas planetarias que podemos encontrar, desplegando un ingente número de ellas pertenecientes a múltiples catálogos. Hoy vamos a estudiar una pequeña pero interesante planetaria que se encuentra bajo una de sus alas.

Crédito: IAA-CSIC
Hablamos de NGC 6778, una nebulosa que se sitúa a unos considerables 10.800 años luz de distancia, en uno de los extremos del brazo de Sagitario. Fue descrita por Albert Marth en 1863, aunque hay algo de discordia en cuanto a su descubridor, ya que Wlliam Herschel se adelantó al describir NGC 6785, un objeto que parece coincidir con NGC 6778 y que bien podría haber sido el mismo.
Las nebulosas planetarias se suelen formar en dos etapas bien diferenciadas: una primera en la que la estrella alcanza la rama asintótica gigante, expandiendo sus capas externas tras haber consumido el hidrógeno de su núcleo (al contraerse aumenta la temperatura en sus capas externas y, consecuentemente, se produce una importante expansión); la segunda fase tiene lugar cuando la expulsión de capas externas deja al descubierto el núcleo de la estrella, extremadamente caliente, de manera que se produce radiación ultravioleta que ioniza el gas expulsado, comenzando la joven nebulosa a relucir con brillo propio, así como nuevas oleadas de gas expulsado a gran velocidad. Durante todo este proceso pueden producirse cambios que afectarán al final de la estructura planetaria, y eso es lo que ha ocurrido con NGC 6778. Su estrella central no es una sino un sistema binario, dos estrellas que se encuentran muy cercanas entre sí y que orbitan una a la otra en apenas 3 horas y media. De hecho, ambas estrellas se encuentran bajo una envoltura gaseosa común, ocultas a nuestros curiosos ojos. Esta disposición ha dado lugar a que se formara, en primer lugar, un anillo gaseoso ecuatorial, una especie de torus que delimitaría, con posteridad, la creación de dos lóbulos bipolares, grandes cavidades de gas que se abrieron a ambos lados. Unos mil años después se produjeron los jets que, finalmente, esculpirían la nebulosa tal cual la vemos hoy. Estudios recientes dejan claro que los lóbulos se han visto alterados por un evento violento con emisión de masa, una explosión interna que sembró de irregularidades sus regiones más externas. No hay pistas todavía sobre cuál pudo ser la naturaleza de tal evento, así que toca esperar a que se realicen nuevos estudios y clarifiquen un poco la situación.
Encontrar NGC 6778 no es especialmente dificil si vamos saltando de estrella en estrella. Si observamos a bajo aumento aparecera como una pequeña estrella desenfocada, y soĺo tenemos que colocar delante del ocular un filtro OIII para comprobar que una de las estrellas no se oscurece. Es cuando usamos altos aumentos cuando podemos apreciar los detalles de esta interesante planetaria, ya que apenas tiene medio minuto de arco de diametro. A 214 aumentos pude distinguirla como una pequeña y brillante mancha alargada, fácilmente visible incluso con visión directa, gracias a su magnitud 12. Aprovechando la estabilidad atmosférica decidí probar el ocular de 5 mm, que me proporcionaba unos considerables 300 aumentos. Para mi sorpresa la nebulosa no perdió definición, pudiendo apreciar, con un poco de paciencia, sus dos lóbulos bien diferenciados, como si fuera una versión en miniatura de M76. No había rastro de la estrella central, demasiado debil para intuirse si quiera, pero el hecho de poder apreciar detalles en un objeto tan pequeño ya es reconfortante.
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Buen apunte sobre esta pequeña nebulosa planetaria. Apenas sabia de referencias sobre este objeto y dado su pequeño tamaño no la tenía en la lista de objetos pendientes, pero ahora, despues de ver tu observación la incluyo en pendientes.
Imagino que los dos lúbulos que se aprecian son las dos pequeñas zonas más brillantes en el centro de toda la nebulosa que salen en la fotografía, con lo que solo vemos una pequeña parte que será el medio minuto de arco que comentas, porque la medida, segun la foto, de toda la nebulosa llega casi a los 3/4 de minuto de arco.
Gracias por compartirlo.
Un saludo. Pedro Villamiel.
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Muchas gracias Pedro, efectivamente lo que vemos es solo la región central, como en la mayoría de objetos de cielo profundo, por desgracia. ¡Un saludo y gracias por comentar!
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