1784 fue un año prolífico para William Herschel: los dos anteriores cúmulos que hemos visto en el blog fueron descubiertos en ese año (NGC 6624 y NGC 6569), así como también lo fue el que nos ocupa hoy: NGC 6642.
Muchos han visto a NGC 6642 en los atlas pero pocos se han acercado a verlo, ya que se encuentra a apenas un grado del famoso M22, permaneciendo bajo su constante sombre. Sin embargo, es un cúmulo muy interesante que, sin duda, merece una visita de vez en cuando. Se encuentra a 26.400 años luz de nosotros, distando del núcleo galáctico unos 5.500 años luz. Su edad es extremadamente avanzada, como se puede inferir de una metalicidad muy baja: cuando se formaron sus estrellas, en el universo apenas se habían formado todavía elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. NGC 6642 presenta, además, un número muy bajo de estrellas de baja masa, como si algo las hubiera retirado de entre el resto de estrellas. La causa tiene que ver con un alto movimiento y, probablemente, el “arrancamiento” de las estrellas más pequeñas por parte del núcleo de la Vía Láctea. No es raro que los globulares, al pasar por la región central, vayan anemizándose progresivamente, perdiendo estrellas y disolviéndose poco a poco. No obstante, NGC 6642 tiene todavía vida por delante, ya que su masa se estima en unas 110.000 masas solares. Otra población relativamente frecuente en NGC 6642 son las azules rezagadas, estrellas típicas de lugares de alta densidad. Como ya hemos visto en otras ocasiones, parecen formarse tras la interacción entre dos estrellas: una de ellas pierde sus capas externas y el núcleo, más caliente y brillante, queda a la vista, produciendo una tonalidad azulada por el aumento de la temperatura.
NGC 6642 tiene una magnitud de 8.9 y un diámetro bastante pequeño, de apenas 6 minutos de arco. Pertenece a la categoría IV de Shapley-Sawyer, lo cual ya nos prepara para lo que veremos tras el ocular: un núcleo bien definido con una periferia más débil y extensa. A bajo aumento apenas aparece como una estrella borrosa y desenfocada, con algunas claras irregularidades que pueden captar nuestra atención. Al usar mayores aumentos se define como una pequeña nubecilla grumosa con algunas estrellas brillando en su interior. Cuando uno se fija bien se da cuenta de que, más que estrellas individualizadas, lo que más se distingue son algunas alineaciones de estrellas extremadamente juntas. Es mucho más pequeño que los globulares que hemos visto por la zona, aunque su brillo parece, sin duda, mayor, ya que sus 100.000 estrellas se encuentran congregadas en un espacio mínimo.
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