Todos recordamos el reciente eclipse de sol que dejó boquiabierto a medio mundo hace poco más de un mes. Muchos nos quedamos con las ganas de verlo, pero en cuatro días tendremos la oportunidad de observar algo más exótico todavía: un eclipse de una estrella situada a casi 1.000 años luz de distancia. Y más aún, podremos verlo a simple vista…
Con esta introducción quiero presentaros a uno de los sistemas binarios más fascinantes que hay, y para ello necesito que hagáis uso de una pequeña dosis de imaginación. Vamos a viajar con rumbo a la constelación de Lira, hacia una estrella conocida como Beta Lyrae o Sheliak. Conforme empezamos el viaje dejamos atrás a Vega, que sólo se encuentra a 25 años luz, y poco después saludamos al increíble sistema que forma la «doble-doble», epsilon lyrae. Sus cuatro estrellas pasan rozándonos mientras nos alejamos a toda velocidad hacia nuestro objetivo, Sheliak, y cuando ya llevamos unos considerables 900 años luz de vuelo podemos apreciar que lo que parecía una estrella es en realidad un sistema binario, una pareja de estrellas tremendamente peculiar. Una brillante estrella blanquecina nos deslumbra conforme nos acercamos, pero lo que atrae nuestra mirada es lo que está a su lado. Un disco de gas y polvo rodea a la otra estrella, que queda oculta en su interior como si estuviera inmersa en una nube cargada de lluvia que gira a gran velocidad. Ambas estrellas giran una alrededor de la otra, y mientras nos acercamos al sistema la más débil, la que se encuentra envuelta en la nube de gas, se interpone entre la más brillante y nuestra nave, con lo cual el brillo total disminuye un grado considerable. Poco después la estrella brillante vuelve a aparecer por el otro lado, y nuestros ojos se deslumbran nuevamente. Acabamos de asistir a un eclipse de este peculiar sistema, algo que se repite de manera infalible cada 12 días, como un inmenso reloj cósmico que nos muestra que el universo no es una imagen estática.
Para entender la estructura de Beta Lyrae tenemos que remontarnos unos millones de años atrás, cuando la estrella primaria era la más masiva y, al convertirse en una gigante roja, sobrepasó su lóbulo de Roche: cuando la estrella rellena su lóbulo de Roche comienza a perder sus capas más externas, que son atraídas directamente por la estrella compañera. De esta manera, la estrella menos masiva comienza a recibir materia que se arremolina a su alrededor, formando un disco de acreción, aumentando tanto su masa que hoy en día es la estrella principal del sistema (tiene unas 13 masas solares). Pues bien, estas dos son las protagonistas de este baile estelar que hace que, cada 12.9 días, el brillo de Sheliak disminuya considerablemente, hasta el punto de poder distinguirlo fácilmente a ojo desnudo. John Goodricke, en 1784, fue el primero en advertir estos cambios en el brillo de la estrella, y desde entonces Beta Lyrae ha sido objetivo de numerosos estudios. En 2008 el CHARA Array Interferometer consiguió resolver la estrella primaria del disco de acreción de la secundaria. En el siguiente vídeo podemos ver la secuencia que CHARA obtuvo:
Sheliak cuenta con una gran ventaja a la hora de observar su variabilidad: está situada muy cerca de dos estrellas que presentan brillos similares a su máximo y a su mínimo, de manera que la estimación de su intensidad es extremadamente fácil. Durante la mayor parte del tiempo la estrella permanece en torno a la magnitud 3.4, bastante parecida a la de Sulafat, gamma Lyrae, que tiene una magnitud de 3.26. De hecho, cuando observamos a Vega podemos intuir, por el rabillo del ojo, a las dos estrellas prácticamente idénticas entre sí. Cuando el eclipse se produce presentan una importante diferencia de brillo, descendiendo la magnitud de Sheliak a la 4.3. En esos momentos su brillo es comparable al de zeta Lyrae, que brilla con magnitud 4.37. Por tanto, nuestro único cometido es conocer bien la posición de Sheliak y observar periódicamente para intentar cazar uno de estos eclipses. Hay una página especialmente útil de cara a conocer cuándo será el siguiente eclipse de determinada estrella:
http://www.as.up.krakow.pl/ephem/
En ella no tenemos más que hacer clic en la constelación que queramos y, posteriormente, en el nombre de la estrella. Ahí veremos una tabla con fechas de los mínimos, de manera que podremos organizarnos para observar en los días clave. En concreto, las fechas de los siguientes eclipses de Sheliak son las siguientes:
Por último, os adjunto la imagen que debéis buscar en el cielo con las magnitudes de las estrellas importantes.. Tened en cuenta que, en astronomía, la magnitud desciende conforme mayor es el brillo, de manera que zeta Lyrae, de magnitud 4.37, es más débil que gamma Lyrae, de magnitud 3.27. La magnitud límite visible a simple vista desde una ciudad suele estar en torno a la 4.5, aunque en las grandes ciudades apenas podemos observar estrellas de magnitud 3.
Ojead el cielo estas noches previas para reconocer la estrella Vega (la más brillante que tenemos justo sobre nuestras cabezas) y la constelación que conforma, la Lira. Fijaos en el brillo de Sheliak y comparadlo cada noche con sus compañeras, confirmando que es muy similar al de Sulafat. La noche del martes 26 de septiembre podréis comprobar que su brillo ha descendido notoriamente, algo que se mantendrá durante toda la noche, el tiempo que tarda la estrella secundaria en pasar por delante de la principal. Al día siguiente todo volverá a la normalidad y podremos ver cómo Sheliak vuelve a relucir con su brillo habitual.
*Ojo, el eclipse del que estamos hablando es el eclipse principal del sistema, cuando la estrella envuelta en gas oculta a la más brillante. Lógicamente, habrá ocasiones en que la estrella más brillante sea la que tapa a su compañera más débil, lo que se conoce como eclipse secundario. En ese caso la magnitud de la estrella también variará ligeramente, descendiendo a la magnitud 3.8. Sin embargo, requiere un poco más de práctica apreciarlo y no es tan vistoso como el eclipse principal, por eso no le he dado tanta importancia en el artículo.
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