Esta mañana tuvo lugar una bonita conjunción planetaria, pudiendo ver en el mismo campo del ocular a Venus y a Marte, separados tan sólo por unos escasos 20 minutos de arco. A simple vista, cuando ya despuntaba el día, Venus brillaba con fuerza sobre un pequeño punto que no era otro que Marte: podemos decir que, durante unos instantes, la diosa del amor bailó junto al de la guerra, como si quisieran mandarnos un mensaje. Venus se encuentra con gran parte de su disco iluminado, aunque se distingue una pequeña región, en el margen superior, que todavía no refleja la luz del Sol. Su tamaño es de tan sólo 11 segundos de arco, pero brilla con una magnitud de -3.9. Justo abajo, Marte es apenas un disco de 3 segundos de arco y magnitud 1.8. Eso sí, nos deslumbra con su intensa tonalidad bermellón. El interior aparece anaranjado, rodeado por un halo rojizo que le hace parecer que estuviera en llamas. Sin duda, merece la pena echar un vistazo a eventos como éste. En el transcurso de los días siguiente volverán a alejarse poco a poco, despidiéndose hasta la próxima vez que se encuentren.
Pingback: El beso entre Venus y Marte – Horizonte de Sucesos