Vamos a estudiar hoy algo de geografía extragaláctica, viendo de cerca uno de los grandes vacíos que nos rodean. Pero empecemos por el principio: sabemos ya que las galaxias se agrupan en estructuras mayores, grupos y cúmulos, y que estos a su vez se organizan formando supercúmulos. Nuestro Grupo Local, del cual hablábamos en esta entrada, forma parte del Supercúmulo de Virgo, que tiene como núcleo al propio Cúmulo de Virgo, uno de los grandes conocidos de la primavera. Pues bien, la mayor parte de las galaxias se disponen formando supercúmulos que se encuentran comunicados entre sí por filamentos de galaxias, una estructura que recuerda a la de una neurona. Entre las galaxias quedan, por tanto, grandes espacios con una densidad mínima de galaxias que reciben el nombre de vacíos o supervacíos.
El vacío de Tauro es el que tenemos más cerca, es el océano que separa dos grandes estructuras como son nuestro Supercúmulo de Virgo y el Supercúmulo de Perseo-Piscis. Esta última estructura la estudiamos a fondo en esta entrada, y en la siguiente imagen podemos verla en su conjunto, apreciando el vacío de Tauro que se recorta en la parte inferior izquierda, perfilado por los cúmulos Abelel 426, Abell 440 y Abell 347 (recordemos que estas grandes estructuras se situaban a unos 250-300 millones de años luz de distancia).
El vacío de Tauro tiene una forma aproximadamente esférica con un diámetro de unos 100 millones de años luz. El disco de nuestra galaxia se interpone entre el vacío y nuestro Sol, dificultando su estudio en gran parte. No obstante, tenemos la suerte de contar con instrumentos que observan en el infrarrojo, con lo cual se puede “atravesar” la Vía Láctea y ver lo que hay más allá, pudiendo estudiar en mayor detalle el vacío. A pesar de su nombre, el vacío no está completamente exento de galaxias, y hoy precisamente vamos a observar dos elusivas galaxias que se encuentran en la región septentrional de esta estructura, a unos 185 millones de años luz. Si no tenemos en cuenta su mutua compañía, son unas de las galaxias más solitarias que podemos contemplar, lo cual no hace más que incrementar el interés en captar sus fotones a través de nuestros telescopios.
La más brillante es UGC 2627, una galaxia espiral de magnitud 13.69. Presenta dos prominentes brazos plagados por numerosas condensaciones, zonas de intensa proliferación estelar. El motivo que ha impulsado este nacimiento de estrellas podría ser una pasada interacción con su compañera, o incluso podría deberse a la presencia de materia oscura como ocurría con NGC 672 e IC 1727: lo único que podemos asegurar es que no hay más fuentes externas que hayan podido contribuir a la proliferación de estrellas. La otra galaxia, más pequeña y débil, es UGC 2629, otra espiral que contiene una brillante barra central. Su magnitud de 14.85 la convierte en un desafío para aperturas medias, que requerirán de cielos muy oscuros para verlas sin problema. Si conseguimos captar estos lejanos fantasmas podremos darnos por satisfechos: estamos mirando a una de las zonas más vacías que el ser humano ha conocido.
Pingback: El Vacío de Tauro (UGC 2627 y UGC 2629) – Horizonte de Sucesos
hola Miguel , antes que cualquier cosa felicitarte por el blog , y ojalá que continúes en esta senda . mi consulta va por que tengo la duda de si este vacío es el mismo que separa a Laniakea de Perseo- pisces . aquí va el enlace donde se aprecia ésa zona menos densa .gracias …. https://www.google.cl/search?q=vacio+entre+laniakea+y+perseo+piscces&tbm=isch&source=iu&ictx=1&fir=P_2KFOFlw0aWyM%253A%252CCnucHxvTrnEixM%252C_&usg=__0uIshL8VHwywL1kqN_MCUwcA6T0%3D&sa=X&ved=0ahUKEwjs5fmrj7XaAhWIWpAKHQF6DSQQ9QEIMjAE#imgrc=P_2KFOFlw0aWyM:
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Muchas gracias Fernando. Efectivamente, el vacío de Tauro separa Laniakea de Perseus-Piscis, ten en cuenta que Laniakea engloba al supercúmulo de Virgo junto con algunos otros. El principal vacío que separa ambos supuercúmulos es el de Tauro (cerca también está el Vacío Local, pero de ese no hemos hablado en esta entrada). ¡Un saludo!
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