El nacimiento de una estrella (NGC 1555)

Estamos acostumbrados a ver grandes nebulosas de emisión en cuyo interior brillan grandes estrellas con una edad de apenas unos pocos millones de años. Hoy, sin embargo, vamos a ir un paso más allá en la infancia de una peculiar estrella. Dirigiremos nuestra mirada a un punto muy concreto de la Nube Molecular de Tauro, una masa de gas que comprende una gran área del cielo, situada a unos 450 años luz de distancia. En concreto, el objeto que nos ocupa hoy es NGC 1555, una débil nebulosa que rodea a la estrella T Tauri. Pero empecemos por el principio…

Se dice que una estrella pertenece a la Secuencia Principal (main sequence en inglés) cuando comienza a producir la fusión nuclear del hidrógeno en su núcleo. Hasta ese momento la estrella no era más que el acúmulo de gas que, condensándose progresivamente por acción de la gravedad (atrayendo a la materia circundante), alcanza temperaturas más altas que la hacen brillar, de manera predominante en el infrarrojo. Hay un momento en el que la presión y la temperatura del núcleo son tan elevadas que tiene lugar la fusión nuclear, entrando la estrella en la Secuencia Principal. Pues bien, las  estrellas de masa menor a 2-3 masas solares que todavía no sufren la fusión nuclear se denominan estrellas T Tauri, un tipo de estrella, por tanto, extremadamente joven, que apenas llega al millón de años de edad. Estas estrellas están envueltas aún en el disco de polvo y gas del que se están nutriendo, un disco que va girando a su alrededor y evolucionando rápidamente, motivo por el cual las estrellas parecen cambiar su brillo de manera irregular.

El nombre de T Tauri se debe que el prototipo de este tipo de estrellas es T Tauri, un astro que normalmente brilla con la décima magnitud, colindante con las Híades. Se encuentra a una distancia de unos 460 años luz, 300 años más lejos que el conocido cúmulo abierto, por lo que su unión en el cielo es pura perspectiva. En la siguiente fotografía de larga exposición podemos comprobar el denso medio en el que la estrella se encuentra, una zona cubierta por densas nubes de polvo que oscurecen el fondo, dejando un resquicio para apreciar T Tauri. NGC 1555 es la porción de esta nube más cercana a la estrella, más brillante que el resto porque refleja su luz amarillenta.

Foto NGC 1555.jpg

La estrella fue descubierta por John Russell Hind en 1852, brillando con magnitud 10 y acompañada de una nebulosidad en forma de arco. Sin embargo, a partir de 1861 la nebulosa fue apagándose hasta hacerse completamente indetectable en 1868: ¡los astrónomos de la época no podrían dar crédito! Luego, para asombro de todos, la nebulosa volvió a aparecer en 1890, desapareció y reapareció en 1920, quedando relativamente estable desde entonces. La propia estrella también variaba su brillo, bailando entre la magnitud 9 y la 14 sin seguir ningún patrón definido. Por si fuera poco, en 1860, Otto Struve descubrió otra pequeña nebulosa situada más cerca de T Tauri, a la que bautizó como NGC 1554 (Louis d’Arrest confirmó la existencia de este objeto): sin embargo, en unos pocos años ya había desaparecido por completo, motivo por el cual se vino a conocer como la Nebulosa perdida de Struve. Por lo que sabemos hoy en día, NGC 1554 tuvo que ser una pequeña porción de NGC 1555 que quedó iluminada transitoriamente por la estrella, como las nubes bajas y rápidas que pasan sobre una farola, iluminándose por momentos y apagándose al pasar. Y no acaba aquí el exotismo de T Tauri: en 1981 se descubrió que poseía una pequeña estrella compañera con la que formaba un sistema binario, con una separación entre ellas de unos 0.7 segundos de arco. Poco después una tercera componente hizo su aparición, conformando definitivamente un interesante sistema triple.

Cuando observemos NGC 1555 debemos tener en cuenta que estamos ante un objeto débil que requerirá cielos oscuros, más aún si la nebulosa ha sufrido un nuevo oscurecimiento. Una cercana estrella de magnitud 8.5 nos puede orientar para a la hora de estimar el brillo de T Tauri. Si tenemos un poco de paciencia y nuestros ojos están bien adaptados a la oscuridad podremos apreciar una débil nebulosidad, apreciable con visión periférica, que rodea a T Tauri por uno de sus lados, formando una especie de arco fantasmal. El uso de los filtros OIII o UHC hace que la débil nebulosidad desaparezca bruscamente, como ocurre con la mayoría de nebulosas de reflexión. A pesar de su debilidad, NGC 1555 es un objeto verdaderamente fascinante que deberíamos observar con apremio (a diferencia de lo que ocurre con galaxias y otros objetos de cielo profundo): no sabemos si el año que viene estará ahí para que podamos disfrutarlo.

NGC 1555.png

2 Respuestas a “El nacimiento de una estrella (NGC 1555)

  1. Pingback: El nacimiento de una estrella (NGC 1555) – Horizonte de Sucesos

  2. Muy lindo artículo, Migue. NGC 1555 es un objeto muy difícil. En los últimos dos años he observado T Tauri cada vez que se presenta la portunida pero nunca he podido ver la nebulosa. Habrá que seguir intentando! Saludos.

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