Dirigimos en esta ocasión nuestra mirada a la meridional constelación de Cetus, la ballena, el monstruo que a punto estuvo de devorar a Andrómeda. Allí, entre las principales estrellas de la constelación y Piscis podremos encontrar un lejano cúmulo de galaxias que puede darnos grandes satisfacciones si observamos desde un lugar bien oscuro. Se trata de Abell 194, un cúmulo formado por un centenar de galaxias que se encuentran a unos 265 millones de años luz de distancia (se alejan de nosotros a unos 5.400 km por segundo) y se dispersan por un área de unos 4 grados en el cielo, adoptando una forma lineal, a diferencia de otros cúmulos que son más bien esféricos. Como curiosidad, entre sus miembros podemos encontrar dos entradas del catálogo Arp de galaxias peculiares.
NGC 545 y NGC 547 son quizás dos de las galaxias más llamativas del conjunto. Ambas se denominan Arp 308 y son galaxias elípticas, aunque NGC 545 podría ser lenticular: la gran distancia a la que se encuentra y su posición hacen difícil poder concretar el tipo de galaxia. Tienen una magnitud de 12.2 y 13,2 respectivamente, y un tamaño alrededor de los dos minutos de arco, siendo NGC 545 claramente más alargada. En ellas se engloba la fuente de ondas de radio 3C40, probablemente a raíz de las altas temperaturas que alcanza el gas entre galaxias en interacción (el resultado de esta emisión es la formación de dos enormes lóbulos bipolares que alcanzan millones de años luz de longitud). La otra gran galaxia de la zona es NGC 541, también conocida como Arp 133, una enorme galaxia elíptica: también es una radiogalaxia que emite dos potentes jets, uno de los cuales golpea, precisamente, a una débil galaxia enana irregular, un objeto extremadamente interesante que ha recibido el sugerente nombre de Objeto de Minkowski.
Desde que el astrónomo Rudolph Minkowski hizo hincapié en esa pequeña mancha azulada, en 1958, se pensó que era el resultado de uno de los jet golpeando una galaxia, lo cual habría estimulado un brote de formación estelar. Sin embargo, un estudio reciente apunta a que esa mancha surgió hace apenas 7 millones de años. Anteriormente no era más que parte del medio intergaláctico, ese material que se sitúa entre galaxias y que, en ocasiones, se calienta en el seno de los grandes cúmulos. Esa porción de medio intergaláctico era algo más densa que el resto, y entonces fue golpeada por uno de los jets de NGC 541, estimulando la formación estelar y, por tanto, la creación de una nueva galaxia. Sus estrellas son exclusivamente supergigantes azules, estrellas de entre 7 y 8 millones de años que le otorgan ese llamativo color a la galaxia. En la siguiente imagen podemos apreciar el aspecto visual y en ondas de radio, quedando patente el gran chorro de radiación que llega a la joven galaxia.
En la siguiente imagen podemos observar las tres galaxias ya mencionadas con sus respectivos lóbulos que brillan fuertemente en ondas de radio. Los culpables de estos chorros de materia son masivos agujeros negros que atraen el gas que los circunda y lo calientan a elevadas temperaturas a medida que giran rápidamente a su alrededor.
En el extremo más cercano a NGC 545 y NGC 547 podemos encontrar tres galaxias: dos de ellas relativamente brillantes, NGC 543 y NGC 548, con magnitudes entre 13 y 14. Una tercera galaxia requerirá más esfuerzo para poder apreciarla: se trata de PGC 5314 (también MCG+0-4-140), una pequeña elíptica de magnitud 15.2, que se encuentra conformando un triángulo con dos débiles estrellas. NGC 541 aparece como una mancha brillante de magnitud 13 fácilmente visible con visión directa (el Objeto de Minkowski está reservado a mayores aperturas).
No muy lejos podemos ver NGC 535, una galaxia espiral de magnitud 14 y una banda oscura que recorre su ecuador, y PGCC 5307, al sur, es otra pequeña galaxia de magnitud 14.9, visible apenas como un punto borroso. Si seguimos hacia el suroeste podemos ver NGC 538 y PGC 5289, que brillan con magnitudes de 11.2 y 14.9, respectivamente. La última, también conocida como UGC 996, presenta una silueta alargada que contrasta con la restantes, más esféricas. Por último, en el extremo sur del campo veremos la galaxia NGC 557, otra atractiva espiral de magnitud 14 que nos muestra una forma ovalada. Muchas otras galaxias podemos ver por la zona, algunas son miembros de Abell 194 y otras no, pero para ello necesitaremos un atlas completo y una buena dosis de paciencia: nunca nos cansaremos de contemplar estos lejanos universos.
Hola Miguel. Muy interesante este cúmulo galáctico y sobre todo el objeto Minkowski. Es una pena que no podamos ver esta constelación mucho más alta. Junto con la constelación de Formax son de las más espectaculares en cuanto a galaxias.
Gracias por el interesante artículo.
Un saludo. Pedro Villamiel
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Muchas gracias Pedro, me alegro que te guste. Coincido contigo, tiene que ser una pasada poder observar esta zona desde lugares más meridionales…
Un saludo
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