Si llevaras poco tiempo en esto de la astronomía, te enseñara una imagen de la siguiente galaxia y te dijera además que se encuentra cerca de Mizar, en la Osa Mayor, probablemente pensarías que es M51, la famosa galaxia del Remolino:
No irías muy desencaminado, salvo que su verdadero nombre es NGC 5278 y se encuentra 340 millones de años luz más lejos que la anterior. NGC 5278 es la galaxia principal, una espiral que se encuentra dominada por un prominente brazo que la rodea y la conecta con una galaxia más pequeña, NGC 5279, una espiral barrada que está saliendo más que perjudicada de este encuentro de proporciones colosales. Es mucho más pequeña y sus dos brazos se están deshilachando a merced del arrastre gravitatorio de su compañera. Una bruma engloba ambas galaxias, un inmenso halo compuesto por todas las estrellas y el gas que están desprendiéndose durante el encuentro. El brazo de NGC 5278 es el elemento más característico de la imagen, brillando con una intensa tonalidad azulada llena de condensaciones, fruto de una importante proliferación estelar que ha sido estimulada por la colisión entre ambas. Al igual que ocurría con M51 y NGC 5195, ambas van camino de unirse en unos dos mil millones de años, formando definitivamente una enorme galaxia elíptica sin forma definida.
No esperemos un objeto brillante como M51: su distancia estimada en unos 350 millones de años luz nos pondrá en preaviso de la dificultad de su observación. La más brillante fue descubierta por Wiliam Herschel en 1789, y 40 décadas después su hijo comprobó que una segunda nube se encontraba a su lado, NGC 5279. Halton Arp decidió incluirlas en su catálogo con el nombre Arp p239. NGC 5278 tiene una magnitud de 13.5, y no olvidemos que es la más brillante de las dos. Aparece como una mancha redondeada, ligeramente alargada, débil y difusa. Para ver NGC 5279 necesitaremos una buena dosis de paciencia y un cielo oscuro. Así, por momentos, podremos apreciar, con visión lateral, una tenue nube, más pequeña, situada junto a la principal. Recuerda ciertamente a la visión que podríamos tener de M51 con un diminuto telescopio, lo cual no es poco cuando hablamos de estas inmensas distancias.
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