Piscis es hogar de interesantes galaxias, relativamente débiles pero extremadamente llamativas, sobre todo en fotografías de larga exposición, y como muestra la siguiente imagen, que muestra en su esplendor el grupo de NGC 128:
NGC 128 es la peculiar galaxia alargada, que, aunque debería, no pertenece al catálogo Arp. Se encuentra a 190 millones de años luz, compartiendo territorio con las dos pequeñas galaxias que la flanquean. NGC 128 es una galaxia lenticular, muy alargada, con una longitud de unos 3 minutos de arco. Fue descubierta por William Herschel en 1790, junto con NGC 125, que se encuentra algo más alejada. El diámetro de la galaxia se estima en unos 165.000 años luz, y su formación se ha visto influencia por numerosos encuentros intergalácticos. Uno de ellos, ya culminado hace tiempo, promovió la formación de una curiosa estructura cerca del núcleo, una especie de barra engrosada en sus bordes que le da la zona central una forma similar a un cacahuete. Toda la zona central, especialmente en el lugar colindante con NGC 127, es rica en filamentos oscuros, polvo oscuro que está siendo testigo de la unión de ambas galaxias. Esta pequeña galaxia, NGC 127, es una espiral que fue descubierta en 1850 por Bindon Stoney, que también encontró el resto de galaxias del grupo, NGC 130 y NGC 126. He encontrado algunas referencias a NGC 127 como la estrella de Emma Rostron, aunque en ninguna queda claro su origen. Sea como sea es una galaxia difícil de ver, de magnitud 15, que sólo podremos ver con paciencia y un cielo oscuro y limpio. Al otro lado de la alargada NGC 128 podemos intuir otra pequeña mancha fantasmal, NGC 130, una diminuta galaxia que también ha caído en las garras de NGC 128.
Un poco más lejos se encuentra NGC 125, una espectacular espiral que en fotografías de larga exposición muestra unos llamativos brazos que se arremolinan en torno a un núcleo repleto de polvo. Unos débiles y largos filamentos se arremolinan alrededor, fruto de anteriores interacciones con otras galaxias. Al telescopio no podremos ver dichos brazos, pero nos podemos dejar seducir por su redondeada silueta y núcleo brillante. A pesar de su cercanía a NGC 128, en realidad se encuentra bastante más alejada, a unos 235 millones de años luz. Otra pequeña galaxia, NGC 126, es una lenticular que comparte la misma distancia y muestra importantes signos de interacción, por lo cual no sería descabellado suponer que ambas se encuentra entrelazadas por su mutua influencia. Su magnitud es de 15.2, extremadamente débil aunque visible si disponemos de un buen cielo. Estas cinco galaxias son, en su conjunto, un atractivo grupo que, aunque bajo en el horizonte, merece la pena disfrutar con la paciencia que merece.
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