Messier en Acuario

La constelación de acuario, en el sur del cielo otoñal, guarda agradables objetos a la vista del telescopio, como hemos podido comprobar con NGC 7392 y NGC 7009. Sin embargo, Messier también encontró en esta constelación tres objetos que incluyó en su lista, cada uno con unas particularidades concretas, que hoy vamos a ver. Esta observación la realicé desde mi casa bajo cielos suburbanos con el Dobson 305 mm, en una noche clara y sin luna, con un seeing relativamente bueno.

El primero de los objetos es… bueno, un asterismo, una agrupación de estrellas que no están relacionadas entre sí, salvo por efecto de la perspectiva. Charles Messier lo describió como un pequeño cúmulo de cuatro estrellas con una nebulosidad de fondo… La nebulosidad es difícil saber de dónde la sacó, porque lo cierto es que M73 es una simple agrupación de 4 estrellas brillantes (magnitud entre 10 y 12)sin rastro de nebulosidad, con algunas otras de fondo apreciables en fotografías. Bien es cierto que a pocos aumentos puede dar sensación, cuando se mueve el buscador, de ser un objeto algo nebuloso. Se ha debatido mucho sobre su verdadera naturaleza, disertando entre cúmulo abierto o asterismo. Estudios del espectro de sus estrellas más brillantes han inclinado la balanza hacia el asterismo, implicando ello que las estrellas no guardan ninguna relación entre sí, estando unidas desde nuestro punto de vista en la Tierra, sin gravedad que ejerza su influencia. M73 no deja de ser una simple curiosidad, pues no ofrece mayor satisfacción visual al observador.

M73

El siguiente objeto ya va arrancando motores, si bien no es precisamente el más brillante de su especie. M72, o NGC 2981, situado justo al lado de M73, es un cúmulo globular muy lejano que se formó hace relativamente poco tiempo, poco más de 9.000 millones de años (nuestro sol se formó hace 5.000 millones de años). Su distancia se estima en unos 54.000 años luz de nosotros, lo cual da una pista del porqué de su dificultad.  De hecho, es fácil que pase desapercibido a bajos aumentos. Lo noté por primera como un pequeño manchurrón que apareció en el ocular cuando movía el telescopio por la zona indicada en el atlas. Con la mirada periférica pude confirmar que había algo. A mayores aumentos, usando 125x y 214x, esta mancha circular se hacía más evidente, siendo aún difícil de distinguir sin mirar de reojo. Es un objeto pequeño, más que la mayoría de los globulares que he observado, con un diámetro aproximado de 3 minutos de arco. No fui capaz de sacar ningún detalle añadido, ni un destello en su interior. Su escaso gradiente luminoso va en consonancia con su categoría IX, lo cual significa que es bastante difuso.

M72

Desde mi terraza me resultó especialmente difícil, bastante más que NGC 2419. Quiero pensar que la noche no era especialmente buena, o que la luna llena, que estaba saliendo por el horizonte a esa hora, impregnaba el cielo con su brillo reflejado en la atmósfera. Aun así, ya tengo la excusa perfecta para apuntar a M72 desde cielos más oscuros. Sé que con el Dobson 305 debería resolverlo casi por completo, y así tendré un objeto más con el que comparar los efectos de la contaminación lumínica.

Para rematar la serie, M2 fue el premio de la noche, la guinda de esta tríada Messieriana. No muy lejos de los otros dos objetos, es otro cúmulo globular, que se encuentra de nosotros mucho más cerca, a poco más de 30.000 años luz, con un diámetro de 175 años luz, siendo uno de los mayores cúmulos globulares de nuestra galaxia. A diferencia de M72, tiene un gradiente perfectamente marcado, siendo clasificado como un globular de tipo II (muy concentrado). En su interior se han encontrado un total de 21 estrellas variables, siendo la mayoría RR lyrae (aquí puedes leer más sobre ellas). Cuenta también con tres cefeidas, otro tipo de estrella variable que se usa como candela estelar para conocer las distancias interestelares (su prototipo es delta Cephei, de la que ya hablaremos posteriormente).

M2

A 125 aumentos M2 ya destaca perfectamente como una intensa mancha redonda, que se corresponde al núcleo, y un halo que la rodea completamente, salpicado por multitud de estrellas que aparecen y desaparecen de forma intermitente, La mejor visión la obtuve con el ocular de 7 mm, a 214 aumentos. Con visión periférica y en momentos de estabilidad atmosférica pude resolver sin mayores problemas el núcleo del globular. Más allá del halo pude comprobar la existencia de estrellas muy tenues que salpimentaban la zona de la corona. No deja de ser emocionante su visión, más aún que muchos de los grandes globulares. La calidad de detalle para estar en cielo suburbano, más aún cuando venía de ver M72, me dejó sin palabras. Me enfrasqué para plasmar este agradable objeto, que bajo cielos más oscuros debe ser realmente espectacular. La luna se levantó sobre Sierra Nevada y decidí guardar el telescopio. Con el acortamiento de los días, todavía queda mucho tiempo para disfrutar de estos objetos otoñales que nos sorprenden cada noche.