No hay dos sin tres (Triplete de Leo)

La constelación de Leo hace gala, en estas noches primaverales, de un sinfín de galaxias de todo tipo, presentando agrupaciones verdaderamente interesantes. Hoy nos centraremos en una de las más conocidas de todo el cielo, el Triplete de Leo, conformado por M65, M66 y NGC 3628.

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Son un grupo de galaxias en interacción que han sufrido un encuentro hace relativamente poco tiempo, y seguirán interactuando hasta formar una gran galaxia elíptica. Se piensa que pueden estar ligadas al grupo de M96, que ya vimos con anterioridad, y se discute su pertenencia al cúmulo de Virgo. La mayoría de los estudios sugieren que el grupo de M66 no ha entrado todavía a formar parte de la gran familia de Virgo, aunque puede que en los próximos miles de millones de años acabe por caer en sus redes. La galaxia más brillante del Triplete es M66, con una magnitud de 8.2, de ahí que se defina con su nombre al grupo.

También conocida como NGC 3627, en ella podemos apreciar los resultados de su encuentro anterior, especialmente con NGC 3628. Es una espiral con una marcada barra central, que muestra dos prominentes brazos en sentido horario, cuya deformación le valió para entrar en el catálogo Arp con el número 16. Uno de los brazos se encuentra especialmente extendido (recuerda vagamente a NGC 772), mientras que el otro muestra un ángulo muy cerrado, proporcionando una imagen sumamente interesante. Está plagado de zonas de oscuro gas y de condensaciones más brillantes en las que se están formando estrellas, actividad estimulada tras el contacto con sus galaxias compañeras. En imágenes en infrarrojo y de radio se han podido observar los denominados Supercúmulos de Estrellas, los hipotéticos precursores de los cúmulos globulares que hoy están siendo fuente de investigación. M66 fue descubierta en 1780 por Messier junto a M65, si bien el astrónomo estuvo examinando esa zona del cielo siete años antes, cuando fue visitada por el cometa que recibió su nombre. Según su compañero Méchain, seguramente “el elevado brillo del cometa habría impedido a Messier descubrir esas dos nebulosas”. Podemos imaginar que tuvo que ser un cometa excepcional… Cuatro supernovas han sido descubiertas en M66 durante los últimos 43 años, una de las mayores frecuencias registradas hasta ahora (en el año 1973, 1989, 1997 y 2009), por lo que no estaría de más echar un vistazo a esta galaxia de vez en cuando.

Foto M66

M66 es una galaxia aparentemente grande, midiendo 9 x 4.2 minutos de arco, lo que equivale a unos 95.000 años luz (algo menor que nuestra galaxia). Desde un primer momento impresiona su alto brillo superficial, con un potente núcleo puntiforme que destaca ya a bajos aumentos (núcleo en el que, por cierto, reside un gran agujero negro supermasivo, como en tantas otras galaxias). A 214 aumentos la galaxia ocupa prácticamente la mitad del ocular, ofreciendo en una noche oscura una imagen sorprendente. El núcleo brillante, con forma alargada, se encuentra rodeado por un halo elíptico, que ya desde el primer momento destaca por dar sensación de heterogeneidad. Sus bordes difusos se extienden hacia el exterior, disminuyendo su brillo, pero con visión periférica se pueden apreciar dos característicos detalles. Por un lado, no es nada difícil distinguir el cerrado brazo que parte del extremo de su barra central, en un ángulo de unos 40 grados. Hacia el lado opuesto, una atenta mirada revelará el comienzo del otro brazo, perdiéndose rápidamente en el brillante halo, por lo que no se puede apreciar en toda su extensión. Probablemente desde cielos verdaderamente oscuros no supongan ningún problema a la vista e incluso podrán ser disfrutados de forma directa.

M66

M65 se sitúa a apenas 20 minutos de arco de M66, lo que en la realidad supone tan sólo 200.000 años luz. Sirviendo de comparación, la separación entre M31 y nuestra propia galaxia es de 2.5 millones de años luz, 25 veces mayor. M65 es una galaxia en apariencia tranquila, ya que ha sido la menos afectada por la interacción con M66 y NGC 3628. Sus estrellas, amarillentas, revelan un pasado menos turbulento y una mayor edad, si bien muestra algunos núcleos de proliferación estelar distribuidos en la periferia, testigos de un reciente contacto. Su posición más oblicua que M66 hace difícil distinguir, incluso en fotografías de larga exposición, una pequeña barra central, probablemente formada recientemente.

Foto M65

Su magnitud de 9.6 la convierte en un objetivo más débil que su compañera, algo claramente patente cuando se observa tras el telescopio. Tiene un tamaño generoso, no obstante, con una longitud de 8 y un grosor de 1.5 minutos de arco, que corresponden a 90.000 años luz de diámetro. Se aprecia perfectamente por el buscador como una diminuta mancha difusa, manifestándose como una excelente compañera de M65 al mirarlas por el telescopio, con su forma alargada y el núcleo brillante y pequeño en el centro. Sin embargo, merece la pena usar un ocular de mayor aumento y aislarla en el campo de visión. A 214 aumentos ocupa más de la mitad del campo, y su núcleo puntiforme destaca con fuerza. Somos conscientes entonces de que se encuentra rodeado por una especie de bulbo más brillante y perfectamente circular, que posteriormente se difumina y da lugar al alargado halo que, a modo de alas abiertas, se extiende de forma ordenada y homogénea hacia los extremos. Una pequeña estrella comparte, junto al núcleo, ese bulbo redondeado, dando la apariencia de que M65 tiene un núcleo doble.

M65

Volvemos la vista atrás, alejándonos nuevamente para ver todo el conjunto, reparando entonces en el tercer componente del famoso Triplete. Es NGC 3628, una galaxia espiral que nos muestra la otra cara de la moneda. Mientras que M65 se nos presenta de frente y M66 de forma oblicua, NGC 3628 nos muestra su imponente perfil. Conocida como la “Galaxia de la Hamburguesa”, cualquier fotografía nos aclara rápidamente su nombre. Una gruesa banda oscura atraviesa la galaxia de lado a lado, de forma similar a como ya hemos visto en otras galaxias de perfil, como M104 o NGC 1055. Muestra, además, un halo claramente deformado, de manera que sus bordes, en vez de ser estrechos, dan una apariencia rectangular, con claroscuros poblando su superficie. Estos detalles son indicadores de una interacción con M66 hace unos 800 millones de años, pero no son su principal testigo. En algunas fotografías de larga exposición podemos comprobar una especie de filamento que sobresale de la galaxia y se extiende a lo largo de una vasta región del espacio. Es lo que se conoce como una “cola de marea” y ocurre cuando, tras interactuar con otra galaxia, multitud de estrellas salen despedidas de su lugar de origen, como un chorro de agua que se distribuye por más de 300.000 años luz de distancia. Está formado en su mayoría por grandes estrellas azules que se han formado durante el contacto entre las galaxias “madre”, y ahora vagan por el espacio en compañía de sus hermanas, diseminándose y poblando el espacio intergaláctico a medida que se desprenden de la influencia de NGC 3628. Desde sus planetas deben tener una vista sin igual de este baile galáctico.

Foto NGC 3628

Es la galaxia más débil de las tres, con una magnitud algo mayor de 10, pero es, probablemente, la más interesante con aberturas medias. De entrada llama la atención su gran longitud, que alcanza los 15 minutos de arco, y su grosor más que evidente, que apenas disminuye en sus extremos. Con visión lateral no resultará difícil encontrar la banda oscura que recorre toda su región central. A 65 aumentos ya se puede adivinar sin mayores problemas si la noche es oscura. Al usar mayores aumentos nos será más fácil distinguir la barra, aunque el brillo del resto de la galaxia disminuirá de forma importante, por lo que será nuestra abertura y la calidad del cielo los que nos dirán hasta dónde podemos llegar. Con mi Dobson de 30 cm la imagen óptima la encontré a 214 aumentos, de manera que la galaxia ocupaba prácticamente la totalidad del campo. Aunque débil, se distinguía sin gran dificultad, con su región central más brillante atravesada por la barra oscura, que se extiende casi hasta los extremos.

NGC 3628

Basta un ocular que nos dé unos 65 aumentos para que las tres galaxias aparezcan en el mismo campo, apareciendo entonces como una cara con la boca formada por NGC 3628. Juntas se catalogan, a su vez, como Arp 316. Desde este punto de vista los detalles no son tan evidentes como a mayor aumento; de hecho apenas podremos distinguir detalle alguno salvo los núcleos más prominentes y la barra central de NGC 3628. Sin embargo, es la mejor manera de observar al Triplete de Leo para intentar imaginar la escena que está teniendo lugar. Aunque estuvieron prácticamente en contacto hace unos 800 millones de años, dentro de un tiempo volverán a sentirse atraídas para volver a interactuar, compartiendo cada vez más estrellas y perdiendo poco a poco su estructura, dando lugar a caprichosas formas que nunca llegaremos a ver. Por suerte, el cielo está plagado de galaxias en contacto que muestran todas las etapas de estos encuentros intergalácticos, de forma que no tenemos más que apuntar, por ejemplo, a NGC 4038 y NGC 4039 si queremos ver un posible marco para el futuro del grupo de M66.

Arp 316

Una lejana familia (HCG 44 y Algieba)

Leo va alzándose más al comienzo de cada noche, no teniendo que esperar hasta altas horas de la madrugada para disfrutar de sus objetos. Hoy vamos a centrarnos en el pecho del león, que en vez de un corazón guarda dos tesoros a buen recaudo. Por un lado, Algieba, gamma Leonis, es la brillante estrella amarillenta que podemos ver por encima de Regulus. Por otro lado, una pequeña agrupación de galaxias brilla junto a Algieba, dispuestas a ofrecernos una agradable visita.

Empezaremos con Algieba, para ir adaptando la visión a la oscuridad y prepararnos para disfrutar del siguiente objetivo. La llamativa estrella no es tal, sino una estrella doble de componentes muy brillantes, con una magnitud de 2.28 y 3.51, respectivamente. Su nombre proviene del árabe “la frente”, a pesar de lo cual ocupa la zona de la melena que cae sobre el pecho del felino. Situadas a unos 130 años luz de nosotros, giran una alrededor de la otra completando una vuelta en más de 500 años. La principal es de tipo espectral K, con un diámetro 23 veces mayor que nuestro sol y una temperatura cercana a 4.500 grados kelvin. La estrella secundaria, algo más pequeña, es de tipo espectral G. Ambas son gigantes que han dejado de fusionar hidrógeno en helio, con lo cual la gravedad colapsa el núcleo mientras la envoltura gaseosa se va expandiendo, de ahí su gran diámetro. Dentro de unos miles de años tendrá suficiente energía para fusionar helio y transformarlo en elementos más pesados, continuando el ciclo habitual de las estrellas.

Se encuentran separadas entre sí por 4.6 segundos de arco, distancia fácilmente distinguible con la mayoría de telescopios. Aun así nos convendrá elegir una noche estable para disfrutar de ella. Veremos entonces dos estrellas brillantes y amarillentas, una levemente mayor que la otra, que a bajos aumentos parecen tocarse, separándose en cuanto colocamos un ocular de mayor aumento. La mejor imagen la obtuve con el ocular de 7 mm, a 214 aumentos, ambas refulgiendo con la fuerza de las estrellas gigantes. En la menor componente, por cierto, se ha descubierto un planeta situado a poco más de una UA (unidad astronómica) de distancia. Podría parecer similar a la tierra, pero la realidad es que tiene un diámetro más de 8 veces superior al de Júpiter, por lo que la vida allí no debe de ser precisamente sencilla. De todas formas la imaginación puede elucubrar muchas posibilidades. Quién sabe si en un gigante gaseoso tan enorme habrá capas de su atmósfera con una temperatura estable y elementos que permitan la formación de moléculas orgánicas…

Doble - Algieba.png

De Algieba damos un breve salto, moviendo el telescopio tan sólo 2 grados al norte, “cuello arriba”, si bien estamos viajando millones de años luz en la realidad. Hickson 44 es un grupo de galaxias cuya distancia se estima entre 60 y 100 millones de años luz, y al menos 3 de sus componentes son fácilmente visibles con aberturas moderadas. El catálogo Hickson es un compendio de 100 grupos compactos de galaxias publicado en 1982 por Paul Hickson, siendo el más famoso el Quinteto de Stephan, o Hickson 92. El que nos ocupa hoy, HCG 44, está formado por NGC 3185, NGC 3187, NGC 3190 y NGC 3193. Las tres últimas conforman, a su vez, el grupo conocido como Arp 316.

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NGC 3190 es la galaxia principal, ocupando el centro del grupo, una espiral vista de perfil que exhibe una prominente banda oscura de gas, claramente visible en la siguiente fotografía del Hubble. Mide unos 75.000 años luz de diámetro, aproximadamente la mitad que la Vía Láctea, y muestra signos de estar interactuando, especialmente con NGC 3193.

Foto NGC 3190

Ésta última es una galaxia elíptica, la segunda de mayor brillo en esta pequeña familia, con un diámetro de unos 2 minutos de arco. En las fotografías de larga exposición se aprecia un reguero de polvo brillante entre NGC 3190 y NGC 3193, un río de estrellas que ambas galaxias están compartiendo. La vista desde un planeta situado alrededor de ellas sería, sin duda, majestuosa. Sin embargo, la componente más llamativa por su forma es, probablemente, NGC 3187, una espiral barrada deformada con los brazos muy abiertos, casi a 90º de la prominente barra central, debido a la interacción gravitatoria con la galaxia principal. En sus brazos podemos observar un gran número de pequeñas condensaciones, regiones HII y cúmulos abiertos, prueba de la actividad proliferativa que está teniendo lugar en ella. Es la componente más débil del grupo, con una magnitud estimada entre la 13 y la 14. La cuarta componente de HCG 44, que se encuentra excluida de Arp 316, es NGC 3185, una espiral barrada con sus brazos en disposición circular. La familia la rematan otras dos pequeñas galaxias, PGC 86788 y PGC 2806871, visibles tan sólo en fotografías.

Hickson 44

La observación visual de Hickson 44 no es difícil si la noche es oscura. Cuando busqué estas galaxias con mi Dobson 305 mm, lo primero que vieron mis ojos de forma llamativa fueron NGC 3190 y NGC 3193. La primera ocupaba el centro del ocular, brillante, con una silueta alargada y un núcleo brillante que destacaba sin dificultad. NGC 3193, un poco más abajo, era una esfera perfecta con el núcleo más intenso, difuminándose conforme se alejaba hacia los bordes. Creo que es uno de los ejemplos más ilustrativos para diferenciar entre ambos tipos de galaxias (lo sería más aún si NGC 3190 estuviera de frente y mostrara sus brazos con claridad). NGC 3185, un poco más lejos, también se ve sin mayores problemas, una pequeña mancha difusa y de forma circular, con un núcleo menos brillante que en las anteriores. NGC 3187 es, con diferencia, la galaxia más esquiva de la familia, apreciándose con visión lateral muy cerca de NGC 3190. Al principio sólo distinguía una pequeña nebulosidad, pero prestando un poco de más atención pude distinguir su forma fina y alargada, bien definida, aunque los brazos se escapaban a mis ojos. Sin duda, una peculiar e interesante familia de universos a la que visitar en más de una ocasión.

Hickson 44 detalles